Rusia contra el fuego

El Gobierno de Medvedev declara el estado de emergencia en siete regiones del centro de la parte europea de Rusia debido a los graves incendios forestales.

Rusia contra el fuego
Rusia contra el fuego
Wolfgang Jung Y Ulf Mauder (Dpa), Moscú

02 de agosto 2010 - 22:18

Numerosos pueblos ya fueron reducidos a cenizas en Rusia y ahora se ven amenazadas las primeras ciudades. Mientras los equipos de rescate luchan las 24 horas del día contra las llamas, que amenazan también a un centro de investigación atómica, los saqueadores buscan su oportunidad de pasar a la acción.

Son cada vez más los muertos y heridos, los pueblos calcinados, los cooperantes exhaustos. Los devastadores incendios forestales en Rusia son la catástrofe natural más grave en el país desde hace décadas. "Fuego de los infiernos: llamas de 50 metros de altura", titulaban este lunes los diarios moscovitas.

Las nubes de humo se ven incluso en las imágenes satelitales en la parte europea del país. Cientos de miles de efectivos luchan contra el fuego. Actualmente hay 7.000 incendios activos de diversa magnitud, según informó hoy el director del centro nacional de emergencia, Vladimir Stepanov. Según datos oficiales, hasta ahora murieron 40 personas. Y los meteorólogos prevén que la sequía y el calor récord se prolonguen durante días.

En el pueblo de Lenkovo, que resultó fuertemente dañado, los cooperantes sacaron hoy los cadáveres de dos niños de entre los escombros.

También en la región más afectada de Nishni Novgorod, unos 400 kilómetros al este de Moscú, murieron cinco personas. La cifra exacta de víctimas sigue siendo incierta. Cientos de personas se encuentran heridas, miles perdieron todas sus pertenencias y pueblos enteros quedaron reducidos a cenizas.

Según Stepanov, se quemaron 500.000 hectáreas, mientras reservas de la biosfera como Riasán, unos 200 kilómetros al suroeste de Moscú, se han convertido en pasto de las llamas.

El huracán de fuego se mueve paulatinamente hacia de la ciudad de Voronesh, con unos 840.000 habitantes a unos 500 kilómetros al sur de Moscú, informa la televisión estatal. Y el fuego está sólo a unos 10 kilómetros de la capital rusa. Amplias partes de la capital se vieron cubiertas por una densa humareda.

En Sarov, cerca de Nizhny Novgorod, la cifra de fuerzas de rescate se multiplicó por diez para proteger un centro de investigación nuclear. La sequía ya ha mermado gran parte de la cosecha este año y los daños conjuntos se calculan en miles de millones.

Las autoridades anunciaron también las primeras detenciones de incendiarios y saqueadores que intentaron sacar provecho de la catástrofe. En los pueblos destruidos se detuvo a personas con sacos de metales robados, informó un portavoz policial. Además, numerosas víctimas de los incendios intentaron cobrar varias veces las ayudas estatales que se pagan sólo una vez.

En una reunión de crisis en Moscú, el primer ministro Vladimir Putin pidió a los gobernadores de las regiones afectadas que presenten un plan de reconstrucción preciso. Las autoridades fueron acusadas en los últimos días de negligencia por no haber hecho lo necesario, como cavar zanjas cortafuegos en el momento preciso.

Cerca de Moscú y Nizhny Novgorod, los soldados comenzaron a colocar tuberías para bombear más agua a los focos de incendio. "Mi gente está agotada. La mayoría lleva 72 horas en pie", contaba un director de la operación contraincendios.

"Al menos se necesitarán cinco años para reconstruir la naturaleza perdida", contaba un experto forestal, que se mostró consternado por la gigante superficie forestal destruida.

Rusia está viviendo la mayor ola de calor y sequía en los últimos 130 años. Las temperaturas en Moscú subirán hasta finales de la semana a más de 40 grados, pronostican los meteorólogos.

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