Riesgos del verano: picaduras, ahogamientos y radiaciones
Alerta
Sanidad invita a estar atentos para prevenir accidentes.
Las imprudencias o los descuidos causan la mayoría de los percances registrados
Las altas temperaturas aceleran la aparición de las plagas
El Ministerio de Sanidad ha hecho este viernes un llamamiento a la prevención frente a los principales riesgos para la salud en verano: además de a las altas temperaturas, hay que estar atento a los accidentes en entornos acuáticos, radiaciones solares y picaduras de medusas y vectores transmisores de enfermedades.
En esta época, lugares como playas, piscinas y otros entornos acuáticos pueden convertirse en lugares de lesiones que se pueden evitar o minimizar sus consecuencias si se adopta una conducta segura, indica Sanidad en una nota de prensa.
Las lesiones graves, como ahogamientos, traumatismos craneales y lesiones medulares se producen en su mayoría por imprudencias o en un momento de descuido de la vigilancia de los menores, que pueden ahogarse en muy poca cantidad de agua. Por ello, es importante vigilarlos de forma constante y de cerca.
En el caso de los adultos estos accidentes se producen en el mar, así que el Ministerio pide atender a banderas, bañarse en playas con vigilancia, respetar siempre las indicaciones de los socorristas y evitar las zonas con corrientes.
Además, muchas lesiones graves se producen por impactos contra el fondo u objetos o personas flotando en la zona de entrada al agua; lo aconsejable es, por tanto, no saltar nunca si no conoce la profundidad o si hay gente u objetos en las inmediaciones.
El sol también puede ser un enemigo, pero sus efectos más nocivos también se pueden esquivar evitando la exposición en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas), que sean prolongadas o dormirse la siesta bajo los rayos.
Y siempre usando productos de protección solar con un factor elevado y adecuados a la edad, tipo de piel y zona del cuerpo. Deberán aplicarse en cantidades generosas 30 minutos antes de exponerse al sol, renovarse cada dos horas y después de cada baño. Sombreros y gafas de sol también son recomendables, así como ropa cómoda y no demasiado ceñida.
El riesgo de quemaduras solares se incrementa con la altura (cada 300 metros, aumenta un 4 % el poder de las radiaciones ultravioletas) por lo que en la montaña se deben seguir los mismos consejos para protegerse del sol.
Otro de los riesgos frecuentes son las picaduras de medusas, que, salvo excepciones, no suelen ser graves.
El contacto con estos animales o con restos de ellos, vivos o muertos, se caracteriza por dolor y/o un picor intenso e inmediato en la zona, pudiendo aparecer reacciones locales con enrojecimiento, inflamación y vesículas pequeñas.
Menos frecuente es la aparición de sintomatología general como náuseas, vómitos y calambres musculares; los casos más graves pueden presentar pérdida de conciencia con el consecuente riesgo de ahogamiento.
De sufrir una picadura o haber tocado una medusa, hay que limpiar bien la zona afectada utilizando agua salada o suero salino y sin frotar. Posteriormente, se puede aplicar frío, de forma indirecta, para evitar la inflamación y reducir el dolor.
Se aconseja avisar al socorrista más cercano para ser atendido y, si el dolor es intenso o el estado de la persona empeora, se debe solicitar asistencia médica.
Por su parte, y aunque el riesgo de transmisión de enfermedades vectoriales no se ve tan afectado por el aumento puntual de la temperatura, el marco actual de calentamiento global obliga a tenerlo presente y tomar medidas de prevención.
En general, se recomienda utilizar ropa de manga y pantalones largos para evitar las picaduras de los artrópodos; en el caso concreto de las garrapatas es aconsejable además que la ropa sea clara para identificarlas rápidamente e inspeccionar el cuerpo una vez volvamos del campo.
Para los mosquitos, lo mejor es combinar el uso de la ropa larga con repelentes y la instalación de mosquiteras en puertas y ventanas para impedir que pasen al interior de los hogares.
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