Rescate a contrarreloj de un niño que cayó a un pozo en Marruecos

Continúan las labores de rescate para salvar a Rayan, un niño de cinco años que cayó este martes a un pozo de 32 metros de profundidad en Chauen, Marruecos. Los equipos de rescaten llevan día y noche trabajando por sacar al pequeño sin que por el momento se haya podido acceder a la cavidad donde se encuentra.

Por ahora se han excavado más de 19 metros de profundidad en unas labores en las que participan efectivos de la Protección Civil, Fuerzas Auxiliares, Gendarmería Real y la supervisión autoridades locales. La zona en la que está ubicado el pozo está junto a la vivienda familiar en el poblado de Ighran, a unos 70 kilómetros al este de Chauen.

Las informaciones apuntan a que sigue vivo. De hecho, las autoridades han introducido oxígeno y también han hecho llegar agua con azúcar para mantener al menor con vida. Además, un voluntario ha intentado descender hasta el hueco ayudado por una cuerda, pero a mitad de camino quedó encallado debido a que es un espacio demasiado estrecho para un cuerpo adulto.

En Marruecos, las redes sociales se han llenado de fotos, mensajes de solidaridad y el hashtag "salvad a Rayan". También de imágenes y mensajes de solidaridad con la familia del pequeño. Sus padres han pasado toda la noche sin separarse del lugar del suceso esperando buenas noticias.

Este caso recuerda inevitablemente al de Julen, ocurrido en 2013. Entonces, el menor de 2 años cayó a un pozo de prospección de la localidad Totalán, en la provincia de Málaga, el 13 de enero..

En esta ocasión, el pozo, excavado de manera ilegal, contaba con 71 metros de profundidad y un diámetro de 25 centímetros. Para el rescate fue necesario excavar un conducto paralelo, operación en la que intervinieron más de 300 personas y numerosa maquinaria. Desgraciadamente, el 26 de enero se encontró el cuerpo sin vida de Julen entre dos capas de tierra.