Renfe dice que el tren no tenía anomalías y que no contactó con el maquinista
Tragedia en Santiago
El presidente de Adif ha explicado que el tramo de la red ferroviaria Orense-Santiago de Compostela estaba inicialmente planificado como alta velocidad, pero que posteriormente se modificó a línea convencional.
El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, ha asegurado que "no consta en los registros de los centros de seguimiento ninguna notificación de anomalía" en el tren siniestrado en Santiago de Compostela y que "no hay constancia de ninguna comunicación" de la compañía con el maquinista. Durante su comparecencia en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, Gómez-Pomar también ha señalado que el maquinista llevaba 8 horas y 46 minutos de jornada laboral en el momento del accidente, de las que 2 horas y 42 minutos eran de conducción efectiva, y que ambos periodos están dentro del reglamento. Gómez-Pomar también ha señalado que el tren siniestrado había pasado esa misma mañana una revisión, con la que se garantizó el correcto funcionamiento de varios elementos de la máquina, entre ellos los frenos, que estaban en perfecto estado.
Así, Gómez-Pomar ha subrayado que el tren no había informado "de ninguna avería" ni se había detectado ninguna "anomalía" desde su salida de Madrid. Con respecto a la jornada laboral del maquinista Francisco José Garzón, ha indicado que comenzó a trabajar a las 11:55 horas. Viajó de La Coruña a Pontevedra sin realizar ningún servicio y de Pontevedra a Orense al frente de un tren. Entre las 17:13 y las 17:35 horas se dedicó a la "preparación de la locomotora", una tarea que no se considera conducción efectiva, y no realizó más actividades hasta la salida del tren siniestrado.
Gómez-Pomar también ha apuntado que el maquinista contaba con toda la documentación reglamentaria para la conducción y que avisó de que utilizaría el sistema Asfa porque "se advirtieron una serie de problemas", algo que Adif autorizó porque "no presenta en ningún momento" problemas de seguridad. El presidente de Renfe también ha detallado que existen tres "cartelones" en la vía que avisan de la cercanía de la curva de A Grandeira, donde la velocidad está limitada a 80 kilómetros por hora. Ha recordado el contenido de la información recogida en la caja negra del vehículo y ha añadido que "más de 7.000 trenes han recorrido este tramo", en referencia a la curva de A Grandeira donde se produjo el accidente.
Con respecto al uso del teléfono móvil, Gómez-Pomar ha indicado que el dispositivo profesional "tiene restringidas las llamadas hacia el exterior" y que cuenta con "una serie de recomendaciones dirigidas a evitar distracciones", mientras que el posible terminal personal debe ir desconectado según el reglamento de Renfe. Por otra parte, "atendiendo a la solicitud de información" del juzgado que lleva el caso, Renfe remitió el pasado 5 de agosto diversa documentación, entre la que figura la ficha personal del maquinista, un informe sobre sus condiciones físicas y psicológicas, su jornada laboral, el funcionamiento del sistema Asfa o la situación del tren.
Gómez-Pomar se refirió también a las indemnizaciones por el accidente y recordó que ya se han empezado a abonar los anticipos a las 23 víctimas que lo han solicitado. Las reclamaciones pueden solicitarse en los juzgados o en las oficinas de atención al cliente de Renfe. La aseguradora QBE de la operadora ferroviaria Renfe ya depositó el 31 de julio, una semana después del accidente, 2,75 millones de euros en la cuenta de consignaciones y depósitos del Juzgado de instrucción número 3 de Santiago para hacer frente al adelanto de esos pagos. Gómez-Pomar ha expresado su "sincero sentimiento de condolencia" con los afectados por el descarrilamiento y sus familias y ha agradecido a "las personas que actuaron con altruismo y generosidad" para ayudar a las víctimas "por su inmediata y enorme respuesta".
Fomento modificó el ancho de la vía
El presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, por su parte, ha explicado que el tramo de la red ferroviaria Orense-Santiago de Compostela estaba inicialmente planificado como alta velocidad, pero que posteriormente se modificó a línea convencional. Ferre ha indicado durante su comparecencia en la Comisión de Fomento que en el proyecto inicial el tramo Orense-Santiago de Compostela, donde se produjo el accidente ferroviario el pasado 24 de julio, estaba planificado en ancho internacional y con sistema de seguridad ERTMS, capaz de frenar automáticamente el tren si excede la velocidad fijada en ese tramo. Sin embargo, durante el desarrollo del proyecto y a propuesta de Adif, este tramo se realizó finalmente en línea convencional y con sistema de seguridad Asfa en el acceso a Santiago, que solo frena el tren si circula a más de 200 kilómetros por hora.
Ferre ha explicado que esta modificación se realizó porque el cambio entre ambos anchos de vía en las afueras tanto de las estaciones de Santiago de Compostela como en la de Ourense "supondría que apenas habría reducción de tiempos de viaje" con la alta velocidad. Ferre ha apuntado al respecto que durante el periodo de audiencia pública "se recibieron más de 300 alegaciones y ninguna de ellas hacía mención al trazado del acceso a Santiago". "El enclavamiento de Santiago se explota con sistema Asfa", ha indicado, que es el que está establecido para los trenes que no superan los 200 kilómetros hora. Así, desde la salida de Ourense hasta ocho kilómetros antes de la estación de Santiago de Compostela la vía dispone de ambos sistemas de seguridad -ERTMS y Asfa- y cada tren puede elegir uno u otro.
El tren siniestrado utilizó el sistema Asfa en todo el trayecto. Además, "la distancia desde el punto de salida (del sistema de seguridad) ERTMS y el de inicio de la limitación (de velocidad) a 80 kilometros hora es de 4.061 metros", es decir, "la limitación comienza después de la señal de entrada". Ferre también ha apuntado que la vía "había sido inspeccionada y auscultada el pasado 20 de abril". Tras el accidente, Adif ha instalado carteles de limitación y balizas asociadas a ellas en las inmediaciones del lugar donde se produjo el siniestro, lo que ha permitido "liberar las vías y restablecer el servicio ferroviario". Ferre ha subrayado que Adif quiere "contribuir a que se esclarezcan las causas últimas del accidente" con el objetivo de "que aprendamos las lecciones que se puedan tomar para evitar que un suceso de estas características vuelva a repetirse". También ha recordado que "el ferrocarril español ha hecho grandes progresos y es considerado uno de los mejores de mundo".
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