Tribuna económica
Fernando Faces
El renacimiento de la energía nuclear: España a la contra
Ya lo dijo Benjamin Franklin, "cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco". Estamos en plena crisis sanitaria y económica, a las puertas de los gastos navideños y con un futuro incierto que pone todas las esperanzas en un 2021 que esperemos traiga muchas cosas positivas. Lo que seguro que sí traerá serán facturas y más facturas, como las de la luz.
Muchas personas aún desconocen que un mal uso de los electrodomésticos o no tener una estructura eléctrica eficiente, pueden acarrear gastos innecesarios que serían, sin lugar a dudas, un buen ahorro para otras cuestiones. Por ello, la Agencia Andaluza de la Energía, adscrita actualmente a la Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior y a la Consejería de Hacienda y Financiación Europea de la Junta de Andalucía, ha elaborado un dossier con una serie de consejos que ayudarán a los ciudadanos a tener una factura de la luz sin sobresaltos. Entre ellos, están:
A la hora de comprarlos hay que detenerse y observar el etiquetado energético para así seleccionar los más eficientes. Si nos centramos en los diferentes electrodomésticos, es necesario saber que hay que ajustar bien el termostato del frigorífico; 5ºC en el compartimento de refrigeración y de -18ºC en el de congelación. En cuanto al lavavajillas, no utilizarlo si la carga no es del todo completa. Por último, hay otros consejos más básicos como desenchufar los aparatos eléctricos, secar la ropa al sol o comprar en función de las necesidades.
La iluminación de los hogares ocupa un 18% de la factura de la luz. Por ello, es bueno cambiar las bombillas tradicionales por las de bajo consumo que pueden tener ahorros de hasta el 80%. Otro de los cambios positivos puede ser la utilización de iluminación LED, hasta 40 veces más eficiente que la normal. En general, los especialistas aconsejan no olvidar apagar las luces, poner detectores de movimiento y mantener limpias pantallas y lámparas.
Es fundamental basar las compras en el etiquetado energético. Una vez esto como base, hay que diferenciar entre la zona climática en la que se vive, las dimensiones de la vivienda o el número de personas que habitan en casa. En cuanto a la calefacción, se debe optar por los formatos de graduación individual para no llevarnos sorpresas en una factura en la que este apartado copa un 20% del total a la hora, por ejemplo, de calentar agua. Los aspectos naturales pueden ser muy diferenciados, se debe usar protecciones solares, como persianas, toldos y cortinas en las ventanas.
Las construcciones en los hogares también son muy importantes. Un adecuado aislamiento en paredes, cubiertas, ventanas y puertas se evitan fugas de calor durante la época invernal y la entrada de éste en verano. Se pueden instalar burletes adhesivos o bandas de espuma sintética para evitar unas infiltraciones muy caras a la larga y que afectan al confort general.
La inteligencia artificial puede ser un punto clave a la hora del ahorro en nuestras facturas de la luz. Los sistemas domóticos pueden reducir en un 25% el consumo energético de un hogar, ya que permiten conocer el consumo energético para administrar racionalmente el funcionamiento de los aparatos eléctricos. Con los avances de hoy día, un hogar puede estar completamente domotizado en todas sus estancias.
En un mundo donde la sostenibilidad está adquiriendo un protagonismo único, el uso de las energías renovables se antoja, como mínimo, fundamental. Es decir, aquellas personas que quieran ayudar al Medio Ambiente lo harán reduciendo el consumo de combustibles fósiles, con la consecuente disminución de emisiones de CO2 a la atmósfera y, además, verá rebajada su factura.
Las comunidades de vecinos y la fusión de los mismos es también un apartado a tener en cuenta. Una comunidad debe adoptar buenos hábitos de consumo, usar equipos de alta eficiencia energética como lámparas LED, detectores de presencia y temporizadores en el interior, que pueden conseguir ahorros de al menos un 40%. Además, la gestión y mantenimiento energético de los servicios comunes son esenciales para alcanzar ahorros superiores al 20%. Por último y si es posible, una reestructuración del edificio y su rehabilitación, también ayudarán.
Los propietarios o inquilinos de una vivienda pueden conocer el grado de eficiencia energética previamente a su compra o su alquiler si conocen la calificación energética del edificio. Las personas que adquieran una vivienda clase A, estarán ahorrándose hasta un 60% en la factura de la luz. En relación a esta adquisición de inmuebles, construir con criterios de eficiencia energética que aprovechen el uso de recursos naturales y minimicen así el impacto ambiental de las nuevas construcciones durante su uso se antoja fundamental.
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