Recordar buenos momentos te hace más feliz, según los expertos
¿Cómo funciona la química de la felicidad?
Las claves para entender por qué un buen recuerdo puede hacerte sentir mejor.
Las 6 claves de Harvard para ser feliz
Los recuerdos se encuentran almacenados en nuestro cerebro. Desde aquel cumpleaños en el que te regalaron la muñeca que tanto querías, el día que aprendiste a montar en bici, o cuando nació tu hermano pequeño. ¿Eres capaz de recordar dónde fue? ¿Con quién? ¿A que olía ese momento? ¿Que podías escuchar? Sea como sea, seguro que te saca un sonrisa pensarlo, o incluso una lagrima de emoción.
Recordar esos momentos puede hacer que sintamos lo mismo que sentimos entonces, y es símbolo de que disfrutamos de la vida. Pero también puede tener muchos beneficios físicos, emocionales y cognitivos. ¿A qué se debe? Pues bien, al buscar estos recuerdos en nuestro cerebro, este libera dopamina, también conocida como: la molécula de la felicidad.
Algunos expertos recomiendan evocar estos sucesos felices, no solo para sentirnos mejor en ese momento, sino a largo plazo para cultivar el optimismo, aliviar la negatividad e incluso mejorar nuestra salud física. Estudios han demostrado a través de escáneres cerebrales que la dopamina se libera no solo cuando participamos directamente en experiencias placenteras, sino también cuando reflexionamos y recordamos los momentos importantes de nuestras vidas. Por ejemplo, recordar los éxitos pasados nos ayuda a reafirmar nuestra confianza en nosotros mismos ante un desafío del presente. Es un arma poderosa contra el pánico y la sensación de que “no podemos”.
Así funciona la memoria
La fase inicial de nuestros recuerdos es la codificación de la memoria. En este momento, se almacenan los aspectos visuales, acústicos y semánticos. Este último es el más importante, ya que es donde se encuentra el significado que tienen los recuerdos para el individuo que los posee.
Tras esto, es la hora de almacenar la memoria a corto y a largo plazo. Los primeros se encuentran en el hipocampo, y hace referencia a aquellas cosas que "podemos olvidar". La memoria a largo plazo se encuentra en la corteza prefrontal, y es la encargada de almacenar los estímulos sensoriales (imágenes, sonidos, movimientos, olores, etc.), y también toda la información esencial sobre la conducta del ser humano.
Finalmente, se recuperan los recuerdos dependiendo de dónde estén almacenados. Por ejemplo, si alguna memoria se almacena en la memoria a largo plazo, es probable que se recupere mediante la asociación de los recuerdos.
Trucos para recordar momentos felices
Existen muchas formas de recordar los buenos momentos, y se ha demostrado que practicar estos ejercicios aumentan el optimismo en general. Si consideras que tienes problemas para recordar momentos felices o temes olvidarlos, una forma eficaz de realizar ejercicios de memoria es crear recordatorios de las relaciones significativas que has tenido en tu vida y evocar conscientemente los recuerdos.
Ahora con nuestros teléfonos es muy fácil crear un álbum de fotos de los momentos en los que hemos sido felices, y ahí en donde nos apoyaremos para recuperar la sensación de conexión al crear un salvavidas de fácil acceso cuando tengas sentimientos negativos.
Otras opciones son escribir una lista de memorias positivas, a la que puedes añadir dibujos, fotografías o elementos que te ayuden a recordar esos momentos, o crear una caja de memorias especiales.
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