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Ratones 'avatar' para mejorar el tratamiento del albinismo

biomedicina

Se trata de una condición genética poco frecuente que afecta en España a cerca de 4.000 personas

Lluís Montoliu es uno de los investigadores más reconocidos en este campo

Lluís Montoliu, durante una sesión de Encuentros con la Ciencia celebrado el pasado año. / M. G.
Javier Granda Revilla

05 de enero 2019 - 02:34

Madrid/El albinismo no es una enfermedad, es una condición genética poco frecuente que afecta, aproximadamente, a unas 3.500-4.000 personas en España. Lluís Montoliu es un investigador centrado en este campo en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) del Instituto de Salud Carlos III.

"Durante muchos años se pensó que su característica fundamental era la ausencia de un pigmento denominado melanina, pero ahora se sabe que es la discapacidad visual, que causa ceguera legal. Existen veinte diferentes tipos de albinismo y cada una de ellas se asocia a mutaciones de un gen distinto. Es difícil saber exactamente cuánta gente sufre albinismo en España porque mucha gente con esta condición genética no aparenta tenerla. Por ejemplo, las personas con albinismo ocular de tipo I pueden tener el pelo castaño, los ojos negros y la piel más o menos morena", explica.

El experto ve dificil una terapia única contra todos los tipos de albinismo existentes

Como recalca el investigador, "el principal objetivo es el diagnóstico, saber qué gen está afectado en cada persona. Y, desde 2010, disponemos de la estrategia 'Albinochip' y que permite diagnosticar a todas las familias que quieran: se le envía a domicilio un kit y basta con escupir en un recipiente que contiene un líquido protector y mandarlo de vuelta a nuestro laboratorio. Esta técnica es útil aproximadamente en el 50% de casos. En la otra mitad tenemos que utilizar otras técnicas de diagnóstico, como la secuenciación masiva o la lectura del exoma, los 20.000 genes que tenemos. Y, aun así, en las condiciones genéticas poco frecuentes nos queda siempre un 20-30% de personas sin diagnóstico".

Una vez hecho el diagnóstico, el siguiente paso es el tratamiento. Montoliu ve "difícil" una terapia universal para los diferentes tipos de albinismo. "En 2006 descubrimos que la melanina se fabrica a partir de la l-dopa, una sustancia intermediaria presente en otros muchos procesos del cuerpo humano. Y, al administrar l-dopa en la retina de ratones de laboratorio, vimos que recuperaban la visión sin necesidad de aumentar su pigmentación por lo que disponemos de una línea de tratamiento abierta, que se sigue investigando en ratones", añade.

Otra línea de investigación se centra en la nitisinona, un fármaco que se utiliza en otra enfermedad poco frecuente, la tirosinemia hereditaria de tipo I y que podría ser útil en alguno de los tipos de albinismo.

"Pero nuestro trabajo está centrado desde 2013 en las herramientas de edición genética, especialmente las CRISPR: nos permiten reproducir en ratones cualquiera de las 20 mutaciones que hayamos diagnosticado previamente en una persona. A esos ratones les llamamos 'avatar' y nos permiten, antes de administrar al paciente l-dopa, nitisinona o cualquier otro tratamiento, saber su eficacia y seguridad. Es un salto cualitativo", destaca el investigador. El equipo dirigido por Montoliu ha conseguido generar numerosos ratones 'avatar' de los tipos de albinismo más frecuentes en España. El siguiente paso, pendiente de aprobación, es la utilización de las herramientas de edición genética en animales para hacer lo contrario: mediante la inyección de nanopartículas en el ojo, lograr llevar estas herramientas de edición directamente a las células de la retina afectada y ver si se podría lograr así recuperar la visión. En caso de tener éxito, se pondría en marcha a medio plazo un ensayo clínico en personas.

El déficit de melanina

Aproximadamente 1 de cada 40.000 personas en todo el mundo tiene albinismo oculocutáneo tipo 2, que tiene síntomas de coloración del cabello y piel inusualmente ligeros, problemas de visión y protección reducida contra los cánceres de la piel u ojos relacionados con la luz solar. Los científicos saben desde hace aproximadamente 20 años que la enfermedad está relacionada con las mutaciones en el gen que produce la proteína OCA2, pero aún no habían entendido cómo las mutaciones conducen a un déficit de melanina. Una investigación publicada recientemente por la Universidad de Brown, en Estados Unidos, proporciona la primera demostración de cómo una mutación genética asociada con una forma común de albinismo conduce a la falta de pigmentos de melanina que caracterizan la enfermedad.

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