Prohíben un aditivo presente en chicles y caramelos porque puede alterar el ADN
El dióxido de titanio pasa a estar prohibido para uso alimentario en todos los países de la Unión Europea
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El dióxido de titanio es un aditivo alimentario muy utilizado por todos los países de la Unión Europea. De hecho, lleva utilizándose en numerosos productos desde hace un largo período de tiempo. Nunca ha sido fruto de perspicacia o revisión; no obstante, ya se encontraba en vigilancia por parte de las autoridades sanitarias desde hace algún tiempo.
Con estos antecedentes, hace unos días saltaba la noticia de que a partir de ese momento el dióxido de titanio se prohibía para el uso alimentario. Hasta la fecha, este componente, conocido como E-171, se podía usar libremente en la elaboración de alimentos dentro del continente europeo. Estas son las razones de su reciente prohibición y de lo que produce en el ser humano.
¿Qué es el dióxido de titanio y por qué su prohibición?
El dióxido de titanio es un colorante muy utilizado en sectores como la pastelería, las salsas o golosinas como chicles debido a su intenso color blanco. Esto es debido a que el E-171 tiene una gran capacidad para reflejar la luz que recibe, no absorbiendo ningún otro color. Pues bien, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, publicó recientemente un informe que confirmaba la poca seguridad para el ser humano de utilizar este tipo de sustancias para el consumo alimentario.
El E-171 podría provocar efectos genotóxicos dentro del organismo humano y no se podía garantizar la seguridad de este tipo de aditivos. Un compuesto genotóxico es aquel que contiene el poder para alterar o dañar nuestro ADN. Existen científicos que han asociado el consumo de dióxido de titanio a alteraciones en la microbiota intestinal; mientras otros coinciden en que la explicación se encuentran en la composición del E-171, el cual cuenta con hasta un 50% de esta estructura de nanopartículas. Estas son las responsables de entrar en el interior del organismo y alterarlo.
De esta forma, tras pasar el informe de manos de la EFSA a la Comisión Europea, esta última prohibió el pasado 18 de enero de 2022 la actividad del dióxido de titanio en alimentos para consumo humano, a través de un nuevo reglamento que así lo expresa. La retirada para este producto del consumo se establece hasta el 7 de agosto de este mismo año como máximo. Tras esta fecha los productos tan solo se encontrarán disponibles hasta que se cumpla la fecha de consumo preferente.
Sin embargo, el dióxido de titanio ha sido prohibido en la industria alimentario, pero otros productos como protectores solares parecen no plantear estos problemas y seguirán siendo permitidos. El consumo de E-171 no provoca un daño inmediato a nuestro organismo, por lo que si ha sido consumido no implicaría un daño en nuestro ADN o un aumento en la posibilidad de desarrollar cáncer. No obstante, los expertos coinciden en que los prejuicios son a largo plazo por eso la retirada inmediata. La Comisión Europea recomienda deshacerse de todos los productos que tengamos en casa que contengan esta sustancia de manera inmediata, hasta su retirada definitiva de los supermercados.
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