Padecer la covid podría estar detrás de la ansiedad y la depresión posterior

Algunos de los síntomas más frecuentes que se siguen sufriendo semanas y meses después de haber superado la covid son la fatiga o la disfunción cognitiva. Publicaciones científicas han concluido que entre el 9 y el 49% de las personas que han pasado el coronavirus sufrían fatiga cuatro semanas después desde el comienzo de los síntomas e incluso en, al menos un tercio de los pacientes, se ha alargado durante un año.

Pero todavía no se había estudiado la relación entre esta fatiga y la depresión o ansiedad en los pacientes con covid persistente. Algo que ha hecho un trabajo de la Universitat Oberta de Catalunya, llegando a la conclusión de que la fatiga que sienten las personas semanas después de pasar el virus tiene está vinculado con sentir ansiedad o padecer depresión.

Marco Calabria, investigador en este trabajo, cuenta en UOC que "la fatiga persistente es algo muy invalidante y limita mucho la calidad de vida de las personas" y que "si una persona padece fatiga por covid, es importante ir más allá y ver qué otros síntomas o trastornos están asociados con esta condición". El profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud no sabe a ciencia cierta si "la fatiga es la que genera la depresión" o es al revés.

En el estudio han participado 136 pacientes con COVID-19 que precisaron asistencia médica por déficits cognitivos varios meses después de superar el virus y se concluye con que la fatiga ha podido tener mucho que ver en esas carencias.

Los investigadores también hablan de la dificultad que tuvo separar la fatiga provocada por la propia enfermedad con los efectos de toda la situación tan atípica que se vivió en la pandemia, creyendo que el confinamiento fuera culpable de algunos síntomas.

Cuáles son los síntomas post covid más comunes

Lo normal es superar el covid 19 y estar totalmente recuperado en pocos días o semanas pero hay personas que después de pasar la enfermedad sigue sufriendo algunos síntomas. Es lo que se llama covid persistente, que son más propensos a padecerlo las personas mayores y las que cuenten con un historial clínico delicado, aunque también hay casos de personas jóvenes sin problemas de salud que son lo sufren.

Otros síntomas comunes que se siguen dando meses después de superar la enfermedad, además de la fatiga, depresión, ansiedad o disfunción cognitiva, son la dificultad para respirar, dolor en el pecho, problemas para conciliar el sueño, dolores articulares, palpitaciones, fiebre, tos o incluso un empeoramiento de los síntomas después de realizar actividad física.