La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Ponerse moreno en una cabina bronceadora de rayos ultravioleta no es buena idea para la salud. Igual que el tabaco acaban de ser incluidas en el grupo de factores causantes de cáncer. Los dermatólogos ya venían advirtiendo del riesgo que conlleva tomar rayos UVA. Ahora, lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS) que clasifica estos métodos de bronceado en la primera categoría de riesgo de cáncer, el grupo 1 de cancerígenos para humanos. "Ésta es la novedad y el cambio importante, y es que la OMS ya califica esta práctica como cancerígena", explicó a este periódico Eduardo Nagore, experto en cáncer de piel y miembro de la Asociación Española de Dermatología (AEDV).
Los rayos UVA, hasta ahora considerados como "probablemente" cancerígenos, han sido clasificados como "cancerígenos" por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, según sus siglas en inglés), dependiente de la OMS. Además, la peligrosidad aumenta en los más jóvenes. Y es que, según la revisión realizada por 20 científicos independientes de nueve países diferentes, entre ellos, España, las cabinas de rayos UVA incrementan hasta un 75% las probabilidades de desarrollar un melanoma, cuando se usan antes de los 30 años.
Según los autores de este estudio, cuyas conclusiones se encuentran en la revista The Lancet Oncology, el uso de dispositivos de bronceado que emiten rayos ultravioleta está extendido en muchos países desarrollados, en especial entre los más jóvenes. Hasta ahora, el uso de estas lámparas estaba clasificado en el grupo 2A como "probablemente cancerígenos para humanos", aunque ahora ha avanzado un nivel de peligrosidad. Además, de este agresivo tumor en la piel, los especialistas y varios estudios proporcionan evidencias de una asociación positiva entre el uso de los dispositivos de bronceado y el melanoma ocular (el tipo de cáncer en el ojo más habitual en los adultos que afecta cada año a cinco de cada millón de españoles). Por este motivo, la OMS clasifica el uso de estos dispositivos dentro del grupo 1.
El gran peligro son las sesiones para mantener el bronceado todo el año, cuentan los expertos. El otro riesgo es el mal mantenimiento de las instalaciones ya que los tubos que producen los rayos UVA envejecen por lo que la luz que emiten es aún más peligrosa para la piel. La Asociación de Cabinas Ultravioletas señala en un comunicado que el riesgo de desarrollar un cáncer está relacionado con una "sobreexposición" a los UVA. "El 80% de los usuarios son conscientes del peligro de una sobreexposición y la mayoría no superan las 20 sesiones al año", aseguran. Algo que discuten los expertos.
A lo largo del tiempo, la mutación genética característica causada por la radicación solar ultravioleta (UV) ha sido atribuida a la radiación ultravioleta B (UVB). Sin embargo, en el nuevo estudio, la misma mutación fue detectada en la piel de ratones tratados con radiación ultravioleta A (UVA) y en tumores de piel de ratón inducidos con rayos UVA. Por este motivo, la OMS decidió reclasificar la radiación UV como cancerígena para los humanos. Además, todos los tipos de radiación ionizante (propias de la energía nuclear o los rayos X) también se han clasificado en el grupo 1.
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