Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
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Sociedad
Oviedo/La aportación del escritor, ensayista, académico y ex político canadiense Michael Ignatieff "en un presente tan cargado de conflictos bélicos, polarización política y amenazas a la libertad" le ha hecho merecedor este miércoles del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024.
El jurado que le ha otorgado este galardón le ha reconocido como uno de los mayores expertos en los procesos nacionalistas modernos por realizar un análisis de los problemas políticos concretos "siempre desde las exigencias normativas propias de los sistemas democráticos".
Según el tribunal, el resultado es una "original mezcla de realismo político, humanismo e idealismo liberal, donde los valores de la libertad, los derechos humanos, la tolerancia y la salvaguarda de las instituciones son su preocupación fundamental".
Ignatieff declaró a EFE su sorpresa y felicidad tras haber sido galardonado con el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.
"Estoy sorprendido y encantado de recibir este gran honor. Amo España. Ha sido muy buena conmigo y espero con ansia la gran ceremonia de octubre", declaró el pensador canadiense.
Ignatieff (Toronto, 1947) nació en una familia de intelectuales, aristócratas y políticos rusos que abandonó Rusia tras el triunfo de la revolución bolchevique en 1918, y su padre, George Ignatieff, fue un destacado diplomático canadiense.
Se inició de joven en el mundo de la política cuando a los 18 años trabajó como voluntario para el Partido Liberal de Canadá.
Tras terminar Historia en la Universidad de Toronto, Ignatieff se trasladó a la Universidad de Oxford y, posteriormente, a Harvard para continuar sus estudios y obtener un doctorado.
Después de trabajar brevemente como profesor de Historia en la Universidad de Columbia Británica en 1978 volvió a trasladarse al Reino Unido, esta vez a Cambridge, gracias a una beca de investigación, país en el que también trabajó para la BBC hasta 1998.
En 2000 se mudó a Estados Unidos para hacerse cargo del prestigioso Centro Carr de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard.
Fue elegido en 2006 miembro de la Cámara de los Comunes del parlamento canadiense por el Partido Liberal de Canadá, del que fue vicepresidente (2007-2008) y presidente (2009-2011) y, como tal, ejerció de líder de la oposición del país norteamericano.
Ignatieff, actual rector emérito de la Universidad Centroeuropea de Viena, ha publicado varios libros como El honor del guerrero, en el que analiza las guerras étnicas; El mal menor, sobre "ética política en una era de terror"; Sangre y pertenencia, e Isaiah Berlin, su vida y también ha sido columnista de publicaciones como The Observer y The New York Times Magazine.
Según los especialistas, la amplia y variada trayectoria de Ignatieff, quien se define a sí mismo como internacionalista y defensor de la legalidad constitucional y que en los últimos tiempos se ha mostrado muy crítico con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha destacado por su defensa de los valores y derechos humanos fundamentales y universales.
A través de sus libros, artículos y programas de televisión, ha aportado ideas para la superación de las diferencias étnicas y religiosas y la búsqueda de valores comunes dentro del contexto de la globalización, el esclarecimiento de las consecuencias de la revolución tecnológica, el análisis de los conflictos morales frente al relativismo cultural y la oposición a los nacionalismos violentos, entre otros temas.
También se le considera una figura clave para el consenso internacional en torno a los derechos de los individuos, y no solo de los Estados, para apelar a las organizaciones internacionales de seguridad que los defiendan de la violencia.
Ignatieff, autor también de obras de teatro y novelas, entre las que destaca Scar Tissue (1993), que fue finalista del premio Man Booker, es Caballero de la Orden de las Palmas Académicas de Francia y miembro de la Orden de Canadá.
Entre los numerosos premios que ha recibido destacan el Heinemann Prize de la Royal Society of Literature (Reino Unido, 1987), el Orwell Prize (Reino Unido, 2001), el Otis Social Justice Award (EEUU, 2002), la Medalla del Jubileo de la Reina (Canadá, 2012), el Premio Francisco Cerecedo de Periodismo (España, 2012) y el Dan David Prize (Israel, 2019).
El pensador canadiense toma el relevo de la historiadora francesa Hélène Carrère d'Encausse, una de las grandes especialistas en la historia rusa, fallecida el pasado agosto a los 94 años, como ganador de este premio, destinado a distinguir "la labor creadora o de investigación de la antropología, la ciencia política, la demografía, el derecho, la economía, la ética, la filosofía, la geografía, la historia, la lingüística, la pedagogía, la psicología y la sociología, así como de las disciplinas correspondientes a cada uno de dichos ámbitos".
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