El Método Fiorelli: los calcos de yeso que dieron vida a los restos petrificados de los habitantes de Pompeya
Arqueología
La labor del arqueólogo Giuseppe Fiorelli en la recuperación de la vida de Pompeya en el siglo XIX ha sido esencial para conocer el modo de vida de una ciudad que quedó sepultada por el volcán Vesubio
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Todos tenemos en la retina las escalofriantes imágenes de los restos de personas petrificadas en Pompeya que muestra a los habitantes de la ciudad en las labores cotidianas que desempeñaban justo antes de ser sorprendidas por la lava del violento volcán Vesubio. Desde gente en la calle arrastrándose por el suelo, a gente dormida en sus camas y pasando por gente comiendo, haciendo sus necesidades e incluso entregados al amor.
Todas estas imágenes son posibles verlas gracias a la labor de recuperación de la ciudad en el siglo XIX por parte del arqueólogo Giuseppe Fiorelli. Su método basado en calcos de yeso para recuperar en tres dimensiones a las víctimas se ha hecho imprescindible para los trabajos en la ciudad.
Los expertos han utilizado el innovador Método Fiorelli desde finales del XIX hasta hoy en día con la misión de conseguir una nueva perspectiva sobre la tragedia que asoló la antigua ciudad romana.
Los calcos de yeso, reveladores y meticulosamente creados, han capturado las formas exactas de las personas en sus momentos finales, ofreciendo una visión única de la vida cotidiana en Pompeya antes de la devastadora erupción volcánica.
Giuseppe Fiorelli introdujo este método como una manera de preservar las huellas de las víctimas, creando réplicas tridimensionales que permiten a los arqueólogos y al público contemporáneo contemplar la tragedia de una manera más tangible.
Cómo es el método
El proceso del Método Fiorelli implica verter yeso líquido en los huecos formados por los cuerpos que quedaron atrapados en capas de ceniza y lava. A medida que el yeso se solidifica, revela no solo las formas físicas de las víctimas, sino también sus expresiones faciales, gestos y poses en el momento exacto de su muerte. Este enfoque innovador ha permitido a los investigadores y al público conectarse emocionalmente con los antiguos habitantes de Pompeya.
El método ha dejado al descubierto nuevas perspectivas sobre la diversidad de la población de Pompeya y las circunstancias en las que perdieron la vida. Las estatuas humanas creadas mediante el Método Fiorelli han resaltado las diferencias de edad, género y estatus social entre las víctimas, ofreciendo una visión más completa de la sociedad de la época.
El Método Fiorelli sigue siendo una herramienta de valor incalculable para la preservación y el estudio de uno de los eventos más trágicos de la historia antigua, brindando una conexión única con aquellos que sucumbieron ante la furia de la naturaleza.
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