Medicamentos que interfieren en la conducción
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Un 5% de los accidentes de tráfico están relacionados con consumo de fármacos. Varios grupos de medicamentos producen somnolencia, alteran los reflejos o afectan a la visión.
En la actualidad muchas personas consumen medicamentos de diversos tipos y, además, conducen algún vehículo. Aunque la mayoría es consciente de los efectos del alcohol y de las drogas sobre la conducción; sin embargo, es mucho menos conocido el efecto de los medicamentos sobre la capacidad para conducir. La conducción es una integración de diversas funciones corporales como la función perceptiva en la que a través de los sentidos vemos, oímos, percibimos, mantenemos el equilibrio, etc. La función motora con la que podemos manejar el vehículo y, de manera especial, la función cognitiva que integra conocimientos adquiridos y percepciones sensoriales y coordina la función motora a la hora de conducir.
Los mecanismos de acción de los medicamentos que pueden afectar la conducción son principalmente los medicamentos que producen somnolencia o alteran los reflejos, aquellos que alteran el tiempo de respuesta ante estímulos y los que modifican la percepción de las distancias. Asimismo, puede afectar a la conducción aquellos que producen hiperactividad, los que afectan a la visión o la audición, los que producen confusión y los que pueden producir espasmos musculares.
Actualmente los medicamentos que pueden alterar la capacidad de conducción llevan en su envase un pictograma que lo advierte. Sin embargo, esta información parece que no es suficiente por lo que el proyecto europeo DRUID recomienda utilizar pictogramas que informen del efecto del medicamento en la conducción desde una categoría 0 que no precisaría ninguna advertencia hasta una categoría III en la que la advertencia sería la de no conducir si toma este medicamento.
La situación actual en este tema puede ser preocupante ya que se sabe que alrededor del 5% de los accidentes están relacionados con el consumo de medicamentos, que habitualmente el conductor desconoce el efecto del medicamento sobre su capacidad para conducir y que más del 20% de los conductores utiliza medicamentos que afectan esta capacidad. Por otra parte, también se sabe que la información médica sobre este tema disminuye la siniestralidad.
Entre los medicamentos que más influyen en la conducción y que se relacionan, claramente, con una siniestralidad destacan los tranquilizantes y pastillas para dormir como el diazepam, el lorazepam o el zolpidem: su consumo duplica el riesgo de tener un accidente y se utilizan con mucha frecuencia; un estudio en Sevilla estima que un 10% de la población adulta tiene recetado alguno de estos productos. Producen somnolencia y alteraciones de los reflejos y de la percepción sensorial. Cuanta mayor sea la dosis utilizada mayor es el riesgo de accidente de tráfico.
Asimismo, los pacientes que toman antidepresivos aumentan un 30% el riesgo de accidentes, en parte por la propia depresión manifestada como desinterés, enlentecimiento del pensamiento, etc., como por los efectos secundarios de estos medicamentos especialmente somnolencia, sensación de mareo y alteraciones visuales. Entre los antidepresivos tienen más efectos adversos los antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina, siendo más seguros los inhibidores de la recaptación de la serotonina como fluoxetina, sertralina o citalopram. La paroxetina tiene un efecto sedante más pronunciado.
CLAVES
Percepción del riesgo. Escaso conocimiento sobre los fármacos
Muchos medicamentos alteran la capacidad de conducción y pueden ser causa de accidentes de tráfico. La mayoría de los conductores ignoran el efecto que los medicamentos que están tomando tienen sobre sus capacidades.
Información. Es clave leer el prospecto y consultar las dudas
Siempre que tomemos un medicamento con el pictograma, ver imagen superior en la página contigua, de riesgo para la conducción es conveniente consultar el prospecto y, si tenemos dudas, a nuestro médico de familia para tener claros los efectos del medicamento.
Prescripción. La selección terapéutica también es clave
De manera preventiva, los médicos de familia deben tener en cuenta los efectos de los medicamentos en la conducción para recetar, para los pacientes conductores, aquellos medicamentos que afecten menos a la capacidad de manejar un vehículo.
Especial cautela. Un 10% de la población consume tranquilizantes
Los fármacos con mayor influencia en la conducción son los tranquilizantes y antidepresivos que, además, son consumidos por un sector importante de la población, algunos datos apuntan al 10% por lo que suponen un riesgo importante de accidentes de tráfico.
Alergias. Los antihistamínicos, también en los antigripales
Los antihistamínicos también son medicamentos de amplio consumo y que hay que tener en cuenta en pacientes conductores, para utilizar los más seguros a la hora de conducir. Hay que tener cuidado con la presencia de estos medicamentos en los antigripales y anticatarrales porque pueden producir sueño.
Sistema nervioso. Riesgos de los analgésicos más potentes
Los analgésicos más potentes como tramadol, codeína o los opiáceos mayores (fentanilo, tapentadol, morfina, etcétera) también incrementan el riesgo de accidentes de tráfico.
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