Diferencias entre mascarilla y visera como protección ante el COVID-19
Lo ideal es la combinación de ambas
Las mascarillas serán obligatorias en los espacios públicos
Mascarillas obligatorias: estos grupos de personas no deberían utilizarlas
Con el avance en las fases de la desescalada y la apertura de limitaciones a la población, las medidas de seguridad para luchar contra el avance del coronavirus se hacen más necesarias. Dado el alto contagio del COVID -19, toda precaución es poca y por eso, ahora que podemos salir más a la calle y relacionarnos con otros en espacios públicos, surge la duda sobre cuál es la protección más adecuada para cada individuo.
Al comienzo de la pandemia, las mascarillas se agotaban en todas las farmacias de España y muchos buscaron otras medidas de seguridad que les protegiese del virus, como las viseras de acetato. Está claro que una opción u otra, mascarillas y viseras se han convertido ya en una prenda imprescindible ahora que se alivian las restricciones a la población.
Ventajas de la pantalla de protección facial
Los expertos recomiendan el uso de viseras de protección como elemento adicional a las mascarillas, no en sustitución de ellas. Las pantallas de protección facial, evitan, entre otras cosas, tocarse la cara y son mucho más cómodas, sobre todo para aquellos que llevan gafas. Otra de las principales ventajas es que pueden desinfectarse mucho más fácilmente que las mascarillas, usando agua y jabón o cualquier producto desinfectante que tengamos en casa.
Estos protectores, destinados a la protección ocular, no deben ser un sustituto de las mascarillas ya que es cierto que pueden reducir la cantidad de exposición por inhalación del virus, pero en cantidades mucho menores de lo que lo hace una mascarilla.
Tal y como explicaba el pasado viernes Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, “todo aquello que evite que esas gotas lleguen a otras personas, o lleven las superficies con los que van a estar en contacto inmediatamente, favorecen una reducción de la transmisión. Probablemente no son el mecanismo más perfecto para reducir los riesgos de que una persona infecte a otros, por eso tampoco es un mecanismo más perfecto para que una persona nos infecte, recuerden que también a través de las manos se pueden infectar”.
Los expertos inciden en que si se opta por llevar una pantalla de protección, facial será imprescindible utilizarla junto con una mascarilla. De esta forma se garantiza la protección de las vías respiratorias. Fernando Simón coincide también en estas recomendaciones, “si que es cierto, que de alguna forma reducen los riesgos. Lo que buscamos ahora mismo es la reducción de riesgos al máximo. Una mascarilla reduce, pero una visera reduce menos, aunque puede ayudar. Lo que no podemos pretender es que estas viseras que reducen menos, se utilicen en algunos ambientes, o por algunas personas que necesitan una protección de alto nivel”.
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