Mario Sepúlveda, el locuaz minero que relajó el rescate

Locuaz, entretenido y desenvuelto son las palabras que servirían para definir al minero Mario Sepúlveda, encargado de dirigir los videos que mostraron el estilo de vida de los 33 trabajadores atrapados a más de 600 metros bajo tierra. Considerado uno de los hombres "hábiles" que han salido en el primer grupo de mineros, Sepúlveda, apenas rescatado, entregó restos de piedra de la mina, hizo chistes y abrazó a los rescatistas con la soltura que había demostrado en los videos.

Con sus gritos de ánimo, abrazos emocionados y risa fácil, el minero relajó a quienes esperaron fuera del ducto la salida de la cápsula con los mineros que vivieron 69 días atrapados. Durante su encierro, este minero se encargó de mantener el ánimo alto en el interior de la mina, con un sentido del humor que lo ha caracterizado en sus 40 años de vida.

Casado hace 19 años y con dos hijos, su familia lo distingue como un líder innato, lo que demostró al tomar el control de una cámara de televisión y motivar a sus compañeros a mostrarse para tranquilizar a sus familias en el primer video difundido de ellos. "Es muy divertido, muy alegre, uno no pasa pena. Los almuerzos de los sábados y domingos cuando él está lo pasamos muy bien, nos reímos, empieza a inventar cada cosa, que yo no sé de dónde las saca", contó su esposa, Elvira Valdivia.

Con dos años y ocho meses de experiencia en la mina San José, Sepúlveda tomó la palabra y su experiencia como líder sindical para denunciar las condiciones del yacimiento y valorizar la labor de los mineros. "La familia minera, amigos míos, no es aquella familia que conocieron hace 100 ó 150 años. Hoy día el minero es educado, es un minero con el que se puede hablar, es un minero que puede sacar pecho compadre y se puede sentar en cualquier mesa de Chile", dijo en el primer video emitido a la superficie.

Aunque se espera que lleguen muchas ofertas de diversos canales por su excepcional desempeño ante la cámara, dirigida por Florencio Ávalos, su esposa no cree que ése sea su camino. Por ahora su familia sólo agradece la segunda oportunidad que tiene para continuar con su vida. Como un verdadero animador de televisión, Mario Sepúlveda se ganó el respeto de las autoridades por no amilanarse ante altos cargos. Su único temor es volver a un yacimiento. "Él no quiere trabajar más en minas, pero no me ha dicho mayores detalles", añadió Valdivia.