Lumbalgia, mucho más que un dolor de espalda
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Un 80% de la población ha padecido esta dolencia alguna vez. Es la principal causa de baja laboral de la Unión Europea y supone el segundo motivo más común de consulta al médico.
EN la actualidad muchas personas la lumbalgia, del latín lomos y algia, dícese del dolor localizado en la región lumbar. Es una causa muy frecuente de consulta en Atención Primaria, ya que en algún momento de la vida lo llega a padecer el 80% de la población, siendo igual su aparición en hombres y mujeres, y está calificado como la mayor causa de absentismo laboral de la Unión Europea.
En una reciente revisión realizada por la doctora Arana-Guajardo y su equipo (2013) considera que es un problema de salud con repercusión económica importante, generando costos directos e indirectos superiores a los 100 billones de dólares en Estados Unidos. Es la causa número uno, en personas menores de 45 años, de limitación de actividad y ausencia laboral, equivalente a 5,2 horas por semana. Constituye la segunda causa más común de visita al médico (2%-3% de todas las evaluaciones) y la tercera causa más común de indicación quirúrgica.
Entendemos por dolor, según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, como aquella experiencia sensorial y emocional no placentera, que se asocia a un daño o injuria, que, en este caso, afecta a la zona lumbar, que es aquella zona anatomía que se corresponde a la situada desde las ultimas costillas hasta el sacro.
La lumbalgia, que impide el movimiento normal, podemos clasificarla de 'aguda' si dura menos de 12 semanas, y 'crónica' si dura más de ese tiempo y se acompaña de irradiación a miembros inferiores con intolerancia al esfuerzo.
Las lumbalgias agudas, tienen la característica de que, a la semana, la mitad han cedido, y al mes, el 90% han desaparecido.
Tenemos varias formas de clasificarlas, así cuando se presenta un nuevo episodio de lumbalgia después de estar asintomático por seis meses se considera una recurrencia, en cambio sí ocurre antes de los seis meses es una exacerbación. De acuerdo al origen, la causa más común (70%) es la lumbalgia no específica, diagnóstico que se establece por exclusión. Existe la de origen mecánico que se presenta en el 27%, aquí se incluyen la enfermedad degenerativa del disco o facetaría y la hernia discal.
Entre las causas menos prevalentes se encuentran aquellas de origen visceral o referido (no maligno) que representan el 2% de los casos (por ejemplo, aneurisma aórtico, enfermedades pélvicas o gastrointestinales). Y, por último, el dolor no mecánico o misceláneo (1%) donde están incluidas las causas neoplásicas, inflamatorias, infecciosas y metabólicas. Se presenta con un dolor que se acompaña de contractura muscular paravertebral y de la zona lumbar, a cualquier movimiento: levantarse de la cama, de una silla, del inodoro, al agacharse para poner los zapatos, etc…
La denominación de lumbociática o síndrome radicular, es aquella en la que el dolor se irradia por uno o los dos miembros inferiores sin límite de extensión, y que en ocasiones puede llegar hasta el primer dedo del pie.
La mejor forma de acometer una valoración es la realización de una correcta historia clínica por tu médico de familia, en la que te preguntará sobre antecedentes traumáticos previos, o sobresfuerzos realizados, tipo de profesión y labor que desarrolla. También importan los detalles: su localización, forma, irradiación, tiempo de duración y forma en la que cede éste, si es constante, progresivo, si está influido por posturas y movimientos o si acompaña otros síntomas.
Actividad física. Ejercicio, el tratamiento más recomendado
Las posibilidades terapéuticas son infinitas, sin embargo, ningún tratamiento ha demostrado un beneficio significativo en la lumbalgia inespecífica. El ejercicio físico es el tratamiento conservador más utilizado. En lumbalgias agudas, se recomienda mantener cierto grado de actividad, como caminar. En las crónicas: el ejercicio reduce el dolor y mejora la funcionalidad. La aplicación de calor, seco o húmedo (ducha de agua caliente), mejora la sintomatología del dolor.
Prevenir. Consejos para evitar su aparición
Una posición correcta al sentarnos, la mejora de igual manera, y claro está la prevención es la mejor arma ante la lumbalgia, para ello evitar coger pesos excesivos, doblar las rodillas para agacharse, mejor que manteniendo las piernas rígidas, doblarse, para coger algo del suelo. Algunas webs, como espalda.org, ofrecen información, accesible, clara, ejercicios prácticos y formar de prevenir los dolores de lumbago.
Tratamientos. Uso de medicamentos en el abordaje de la lumbalgia
Si no hay compromiso neurológico (presión de un nervio), el tratamiento será conservador consistente, reposo relativo, con prescripción de paracetamol como analgésico; antiinflamatorios no esteroides (AINE) (precaución por uso restrictivo en hipertensión arterial e insuficiencia renal) y relajantes musculares pautados durante un periodo máximo de 5-6 días y posteriormente a demanda. Si no hay control del dolor, debe de contactar con su médico de familia, el cual reevaluará la situación clínica y tomará las medicas farmacológicas según la mejor evidencia científica, y con precaución de en personas mayores, por sus efectos secundarios.
Especial cautela. Las radiculopatías con compromiso vesical
Las radiculopatías unilaterales sin compromiso vesical pueden ser tratadas de modo conservador. Si hay compromiso vesical, anestesia de silla de montar o síntomas neurológicos bilaterales, el paciente debe ser valorado por Neurocirugía.
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