Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
Juan Parejo
Más de un millón y medio de peregrinos provenientes de 190 países, 840 obispos y cardenales de todo el mundo, 30.000 voluntarios, 10.000 agentes de seguridad, 200 confesionarios en el Parque del Retiro, 15 pasos representativos de las principales Semanas Santas de España, 4.935 periodistas acreditados y un impacto económico, según un informe de PwC, de 354,3 millones de euros. La visita de Benedicto XVI a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) fue un acontecimiento que todos los jóvenes (y no tan jóvenes) que pudieron vivirlo nunca olvidarán. Del 16 al 21 de agosto, Madrid se convirtió en capital mundial de la fe con la llegada del Papa. Fueron unos días para la oración, para la reflexión, para la convivencia, para conocer a personas de otras culturas... Esta es la crónica de unos días para el recuerdo.
Los principales actos de la visita tuvieron lugar con la llegada de Benedicto XVI a Madrid el jueves 18 de agosto. Multitudinario fue el acto de bienvenida con los jóvenes reunidos en la Plaza de Cibeles. Uno de los acontecimientos centrales, el más llamativo quizás por su singularidad, fue el rezo del vía crucis que tuvo lugar en la tarde del viernes 19. Quince de los pasos más representativos de la Semana Santa española se dieron cita en el Paseo de Recoletos. Importante y muy destacada fue la representación de las hermandades andaluzas. Desde Málaga llegaron a Madrid el Cristo de Mena y el misterio del Beso de Judas de la cofradía del Prendimiento. La aportación de Jerez de la Frontera corrió a cargo del Señor de las Misericordias. De Granada era el misterio de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras. La representación jienense corrió a cargo del Cristo de la Caída de Úbeda. Frente a la Cibeles, la Virgen de Regla de la Hermandad de los Panaderos, protagonizó la presencia de las cofradías sevillanas en un acto que no se volverá a repetir y que reunió tallas de autores tan representativos como Salzillo, Gregorio Fernández, Benlliure o Castillo Lastrucci. Fueron muchos los cofrades andaluces que acompañaron a sus pasos durante su estancia en Madrid.
Tras el fervor desbordado del viernes, el sábado fue un día para la oración. Más de un millón y medio de personas, según las cifras aportadas por la organización, se dieron cita en la base aérea de Cuatro Vientos desafiando a la lluvia. El motivo no era otro que pasar una noche de vigilia y acudir a la multitudinaria misa de despedida con el Papa que tendría lugar el domingo por la mañana.
El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, declaró tras el acontecimiento que habrá un antes y un después en la Iglesia tras la celebración de la JMJ de Madrid. Los jóvenes demostraron que la religiosidad y la fe no están reñidas con la edad.
La próxima cita será en julio de 2013 en Río de Janeiro.
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