La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Madrid/El Gobierno central aumentará su capacidad de fijar los contenidos educativos hasta el 65% en el caso de comunidades con lengua cooficial y al 75% para el resto, según el anteproyecto de reforma de la enseñanza no universitaria aprobada por el Consejo de Ministros. La propuesta, presentada en rueda de prensa por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, señala que al Gobierno corresponde el establecimiento de los criterios de la evaluación de alumnos y las proporciones curriculares señaladas como legislación básica. En la legislación vigente, al Gobierno corresponden el 55 y 65% de los contenidos curriculares.
Según Wert, la reforma precisa que las comunidades tendrán la capacidad de establecer las directrices pedagógicas, la organización de la gestión educativa y la porción de contenidos no atribuida al Estado. Y los centros decidirán fundamentalmente el método de enseñanza y concretarán los contenidos. El ministro ha argumentado que se trata de una "clarificación definitiva" de las competencias respectivas de las distintas administraciones con responsabilidades educativas, tras años de "acumulación legislativa", ha señalado al referirse a las transferencias autonómicas.
Wert ha rechazado que se trate de una "recentralización" o de una homogeneización de la educación, ya que eso sería "despojar" de competencias a las comunidades, y ha insistido en que se trata de articular nuevos instrumentos de evaluación desde el punto de vista de la "equidad territorial". Ha subrayado la importancia de disponer de esos mecanismos de evaluación para conocer las diferencias de rendimiento del sistema educativo, y también de intensificar el diálogo con las autonomías. "Hemos hablado ya mucho, pero vamos a hablar más", ha aseverado Wert, quien ha recordado que las comunidades tienen asumida íntegramente la gestión del sistema educativo y es por lo tanto "esencial" que se involucren en esta reforma.
El ministro ha defendido que es una reforma "eminentemente práctica, sensata, gradual y en modo alguno ideológica". Ha explicado que la "dispersión de contenidos" educativos actual es inmanejable y causa "muy decisiva" de que el sistema no tenga los resultados apetecidos a pesar del aumento de inversión. También ha defendido el refuerzo transversal de las materias instrumentales: Lengua, Matemáticas, Ciencias e Idiomas. Ha precisado que el refuerzo es de las enseñanzas de todas las lenguas, las cooficiales y también la "común", en alusión al castellano.
El ministro ha justificado la reforma por la tasa de abandono escolar, que dobla la media europea, así que la mayor quiebra de la equidad es la que no permite alcanzar los objetivos mínimos educativos a una cuarta parte del alumnado. También ha llamado la atención sobre el estancamiento de los resultados de los alumnos españoles en la evaluación internacional de alumnos de 15 años PISA, a pesar del incremento de inversión pública, que se ha doblado en un decenio. Todos los alumnos tienen talento, pero no igual, así que tienen que ser tratados de manera diferente para un aprovechamiento óptimo, ha comentado. Ha recordado las diferencias de rendimiento entre CCAA, sobre lo que ha llamado la atención la UE, y la "debilidad de una escasísima evaluación" del sistema. Es una reforma, ha dicho, desde un análisis basado en datos de insuficiencias del sistema, y planteada para competir en un mundo internacionalizado. Y llega, ha reconocido, en un contexto difícil por la situación económica, así que habrá que gestionarlos con eficiencia.
Nuevas evaluaciones nacionales al final de cada etapa
Esta propuesta de reforma educativa, que pone fin a la selectividad, implanta evaluaciones finales nacionales al final de cada etapa y abre la puerta a las administraciones para concertar la financiación pública de colegios de enseñanza separada por sexos. La propuesta presentada por Wert al Consejo de Ministros de la futura Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que modificará parcialmente la Ley Orgánica de Educación (LOE), de 2006, y supone reforzar Lengua y Matemáticas y suprimir Educación para la Ciudadanía.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha referido a ésta como "una de las principales reformas" previstas por el Ejecutivo. Sáenz de Santamaría ha explicado que los objetivos principales de la reforma educativa son fortalecer la formación integral de los alumnos y conseguir que el sistema educativo sea una plataforma mejor para conseguir un empleo. "Queremos conectar el aula con el empleo", ha señalado la vicepresidenta del Gobierno, quien ha subrayado que el anteproyecto supone poner en marcha una reforma "clave" para el sistema educativo y contribuirá a atajar uno de los principales problemas del mismo: el abandono y el fracaso escolar.
La LOMCE establece que el título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) se obtendrá tras superar una evaluación final, con pruebas diferentes para acceder al Bachillerato o la FP, según la opción elegida por los alumnos en el último curso; las calificaciones de la etapa tendrán un valor del 70% y las de la prueba, del 30%. El Bachillerato se reduce a cinco vías (Ciencias e Ingeniería, Ciencias de la Salud, Humanidades, Artes y Ciencias Sociales), y también tendrá una evaluación final nacional (sustituye a la selectividad), con un valor del 40%, mientras que la nota media de la etapa tendrá un peso del 60%.
Los alumnos de Primaria pasarán una evaluación en tercero para la detección precoz de dificultades de comunicación lingüística y matemáticas, que podría suponer la repetición de curso si el resultado no es óptimo. En sexto de esta etapa, otra evaluación con carácter informativo y orientador servirá para comprobar si han logrado las competencias y objetivos de la etapa y la viabilidad del tránsito a ESO. También en Primaria, la materia Conocimiento del Medio se desdobla en Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, y desaparece Educación para la Ciudadanía, que en ESO es sustituida por un curso de la nueva Educación Cívica y Constitucional.
Los ciclos de Formación Profesional Básica sustituyen a los actuales Programas de Cualificación Profesional Inicial y pasarán a ser de dos años completos, considerados como educación básica, obligatoria y gratuita. La FP media se "moderniza", según el Gobierno; habrá materias instrumentales adaptadas al sector profesional correspondiente y se facilita la continuidad en la superior a través de materias optativas. En cuanto a las evaluaciones y pruebas de admisión, los alumnos que no las hayan superado (en cualquiera de las etapas educativas), o que deseen elevar las calificaciones obtenidas, podrán repetirlas en convocatorias sucesivas.
Los centros educativos tendrán autonomía para diseñar e implantar métodos pedagógicos propios y los directores necesitarán acreditar la superación de un curso de formación específico. Las administraciones educativas podrán concertar con centros de educación por sexos siempre que cumplan la convención internacional sobre la lucha contra las discriminaciones en la enseñanza. El Ejecutivo propone "diálogo" para llegar a un acuerdo con las aportaciones de todos y el compromiso de alumnos, familias y profesores. "Es fundamental que la reforma educativa sea sostenible en el tiempo -añade-, pues su éxito se medirá en función de la mejora objetiva de los resultados de los alumnos".
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