¿Esther López murió víctima de un homicidio o de un accidente? Esto se sabe hasta ahora
Su desaparición y fallecimiento sigue presentando numerosas incógnitas que, hasta el momento, han sido imposibles de descifrar.
Esther López: la autopsia confirma que el cadáver presentaba signos de violencia
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El caso de Esther López, la vallisoletana desaparecida en la madrugada del 13 de enero, se saldó el pasado sábado cuando su cadáver fue hallado en una cuneta próxima al municipio de Traspinedo.
Su desaparición y fallecimiento sigue presentando numerosas incógnitas que, hasta el momento, han sido imposibles de descifrar, ya que no se tiene el nombre de ningún culpable pese a haber sometido ya a varias personas a interrogatorio, en especial a tres sospechosos.
Cuando su cuerpo fue hallado en la mañana del 5 de febrero, no presentaba signos de violencia evidentes, ya que portaba todas sus pertenencias y ropa en perfecto estado. No obstante, la primera autopsia ha desvelado que la muerte de la joven de 35 años sí se produjo en circunstancias violentas.
Fuentes cercanas al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valladolid apuntan a que la causa de la muerte fue una notable hemorragia interna. Concretamente, señalan que se trató de un "politraumatismo torácico abdominal con hemorragia interna profusa que causó un 'shock' hipovolémico", unos datos que han hecho a las autoridades afirmar que, efectivamente, se ha tratado de una muerte violenta.
Sin embargo, a partir de aquí se presentan otras tantas incógnitas, ya que el hecho de que se tratara de una muerte en esas circunstancias no aclara si se trató de un homicidio o de un accidente.
Tres hipótesis del fallecimiento
Dado los resultados de la autopsia, en la actualidad las autoridades competentes barajan tres posibles escenarios. En el primero de ellos, Esther pudo haber sufrido una caída accidental desde algún lugar elevado y sufrir un golpe violento que se localizó en la parte superior del tronco.
La segunda apunta a paliza severa con golpes. Entre ellos se estima que pudieron ser patadas y puñetazos concentrados en el abdomen y el pecho. Esta clase de acción justificaría la presencia de los hematomas localizados bajo su ropa. No obstante, de ser este escenario correcto, los golpes fueron sorpresivos dado que Esther no presenta señales de defensa.
La tercera hipótesis apuntaría a que Esther fue víctima de un accidente de tráfico. Dado que la desaparición se dio en horas de madrugada y la mujer vestía ropa oscura, cabe la posibilidad de que, si caminaba por el arcén de la carretera a la salida de una curva, un coche se aproximara a gran velocidad o con una persona en estado de embriaguez y, al no verla, la golpeara con mucha fuerza.
La incógnita del cuerpo
La otra pregunta clave que se habría que contestar en la autopsia es la del paradero del cuerpo. Recordemos que fue un vecino de la localidad el que encontró el cuerpo aquella mañana al dar un paseo y, según fuentes, aquella zona ya había sido peinada con anterioridad sin rastros del cuerpo.
Según han declarado las fuentes oficiales, la ropa de Esther estaba sucia, un estado compatible con haber pasado 24 días a la intemperie. Sin embargo, no es una evidencia definitiva, porque el cuerpo podría haber estado en otro sitio al aire libre y luego haberlo movido.
Se plantea entonces la incógnita de si fue posible no detectar el cuerpo pese a encontrarse tan próximo a la carretera. Desde un coche es imposible que se viese el cuerpo de Esther porque estaba tumbado en un desnivel de más de un metro, pero hay vecinos que insisten en que patearon la zona una y otra vez con anterioridad y no vieron el cuerpo.
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