Elaborando platos gustosos se combate la inapetencia senil

El estado nutricional de los ancianos está determinado por los requerimientos y la ingesta; ellos a su vez son influenciados por otros factores, como la actividad física, los estilos de vida, la existencia de redes sociales y familiares, la actividad mental y psicológica, el estado de salud o enfermedad y restricciones socioeconómicas. Cualquier evaluación del estado nutricional, por lo tanto, debe incluir información sobre estos factores, con el objeto de entender la causa de posibles deficiencias, diseñar las intervenciones correctivas y evaluar su eficacia. Según la doctora Lola Gaspar, responsable del programa de nutrición de las residencias de ancianos del Grupo Sar, "un alto porcentaje de personas mayores padecen anorexia por inapetencia. Del mismo modo que la edad disminuye la capacida del sentido de la vista, el olfato o el oído lo hace sobre el gusto. En consecuencia, es clave hacer una dieta que además de equilibrada en proporción de nutrientes sea gustosa".

En este sentido, la valoración técnica nutricional del anciano tiene en cuenta no solo las limitaciones alimentarias por patologías comunes en la senectud, si no su cultura culinaria. "Por ejemplo, los platos que come una persona del sur de España no son los mismos que los que consume una persona del norte. En la medida que se tenga en cuenta los hábitos gastronómicos para la elaborar la dieta del anciano se fomenta su apetencia ".

Además de suplir energía y nutrientes esenciales, la nutrición juega un importante papel como modalidad terapéutica en el tratamiento de muchas de las más importantes enfermedades crónicas del anciano. Por ejemplo, en el caso de la diabetes coexistente con obesidad, aun una moderada reducción de peso puede mejorar la tolerancia a la glucosa, la hiperlipidemia y la hipertensión, con la consecuente reducción en la dosis y número de medicamentos.