Cuidado de niños: diez requisitos del canguro ideal
Cómo reconocer y encontrar la persona perfecta para cuidar de nuestros hijos
Durante el confinamiento obligatorio debido a la crisis sanitaria del coronavirus los padres han vuelto a retomar el cuidado completo de sus hijos e hijas. Los abuelos han estado fuera de la órbita familiar guardando también la cuarentena, por lo que tampoco han podido cumplir su función habitual de canguros. Sin embargo, en plena desescalada, muchos progenitores se ven obligados a volver a sus trabajos y la prudencia para evitar el contagio sigue instaurada en la unidad familiar.
¿Con quién se deja a los hijos si hay que volver a la oficina y no podemos contar con la familia? Pues una buena opción es contar con un canguro profesional que nos alivie esas horas de trabajo con la tranquilidad de que los más pequeños están bien atendidos. A continuación 10 requisitos o consejos que deberíamos tener en cuenta a la hora de contratar o contar con alguien para el cuidado de los niños.
Vocación
Hoy en día las niñeras profesionales están muy formadas, porque se trata de una labor muy importante y vocacional para la que no toda persona sirve. De hecho, las hay especializadas en puericultura, para tratar con gemelos, pedagogas, expertas en postparto e, incluso, bilingües. Los padres deben establecer cuáles son sus necesidades y conocer, igualmente el currículo y experiencia anterior de quien va a estar con sus hijos.
Puntualidad
La puntualidad es algo fundamental cuando dependemos de una persona para el cuidado de nuestros hijos. Una buena canguro llegará siempre a tiempo para trabajar y, en el caso de surja algún imprevisto, avisará con antelación o propondrá soluciones.
Experiencia
Si lo que tenemos es un bebé, es recomendable que solo contratemos a niñeras experimentadas que sepa cogerle en brazos, cambiar pañales, bañarle, llevarle al médico, o resuelva qué se puede hacer ante cualquier eventualidad.
Concretar tareas
Está claro, va a cuidar de nuestros hijos. Pero, además de eso, los progenitores han de dejar claro qué esperan: llevar y recoger a los niños del colegio, si fuera el caso, darles de comer, bañarles, hacer alguna tarea del hogar vinculada con ellos... Para que exista confianza mutua esas normas previas se han de concretar al comienzo de la relación.
Pautas educativas
Si la cuidadora o cuidador va a pasar tantas horas con los niños, es aconsejable que sepa y conozca los hábitos de la familia. Por ejemplo, también sería interesante saber cuáles son sus herramientas para poner límites o cómo castigaría o aleccionaría a los pequeños para que cumplan las normas. Es importante, igualmente, saber qué haría ante un accidente o emergencia para confirmar su preparación y capacidad de acción.
Gestión del tiempo
Aunque ahora la situación ha cambiado con el 'cole' en casa, en una situación normal, muchas cuidadoras recogen a los niños del colegio y están al día con las actividades extraescolares, por lo que también se comunican todos los días con los monitores o maestros. En este caso, con permiso de los padres, también pueden estar en contacto telemáticamente con los educadores para estar al día de las tareas actuales y comunicarlo.
Interés
Asimismo, la canguro también tendrá que estar pendiente si en el día el pequeño ha estado alegre, triste, ha aprendido algo nuevo, se ha enfadado y por qué... Dice mucho de su profesionalidad si se interesa por conocer al menor y sabe de sus alergias, enfermedades, sus gustos...
Observación
A pesar de todo, el mejor indicador de que es la persona ideal se producirá cuando los padres vean cómo se relaciona con los niños: si les trata con cariño, si son firmes cuando han de serlo, organizados, maduros... A ese respecto, los pequeños siempre dicen la verdad y, en sus comentarios sinceros y lógicos, se sabrá cuál es la relación real.
Presencia personal y autoridad
Puede parecer algo superficial pero, la persona que cuide de nuestros hijos, está representando a la familia. Por regla general, la primera impresión que se forma en el primer momento es la que suele durar. Y es que la canguro debe inspirar también confianza a los padres, eso está claro pues, en ausencia de ellos, va a ser la figura de autoridad. Según los expertos, si los padres dudan sobre esa persona, los pequeños se sentirán inseguros.
En casa
Muchas familias optan por una "au pair", es decir, una cuidadora de otros país que se queda en la casa consiguiendo un intercambio cultural: mientras aprende la lengua española, al mismo tiempo enseña a los niños su propio idioma.
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