Crímenes de guerra: cuáles son y qué ejemplos recientes tenemos

Los ataques en Ucrania se endurecen. La ofensiva del ejército ruso sobre ciudades como Kiev, Járkov y Mariupol asedia a la población local, en busca de dar un golpe definitivo, y Vladimir Putin no duda en agitar el fantasma nuclear, bombardeando Zaporiyia, la central nuclear más grande de Europa, para hacerse con su control. ¿Podría ser Putin juzgado por un crimen de lesa humanidad? El término de crímenes de guerra, definido por el Derecho internacional y la Convención de Ginebra, se refiere a las infracciones graves del Derecho Internacional Humanitario que se cometen durante un conflicto armado.

Como apuntan desde ACNUR, se consideran crímenes de guerra el asesinato o malos tratos a prisioneros de guerra, civiles o náufragos; deportación para obligar a realizar trabajos forzados a la población civil en territorios ocupados; genocidios contra la población; la toma y ejecución de rehenes; la destrucción o devastación injustificada de poblaciones; y el robo de bienes públicos o privados.

Aunque el propio Putin sigue sin reconocer que estamos ante una guerra, sino que de momento se trata de una "operación para desmilitarizar Ucrania", lo cierto es que la historia reciente nos sitúa ante casos similares que han terminado con personas con nombres y apellidos ante los tribunales de justicia europeos.

Ejemplos recientes de crímenes de guerra

El concepto de crímenes lesa humanidad se consolidó en la última década cuando la ONU decidió formar una comisión de crímenes de guerra para condenar a los culpables de las más de 70 millones de muertes en la Segunda Guerra Mundial. A partir de ahí se han creado otros tribunales, como el de Arusha, para juzgar otro crimen de guerra: el genocidio de Ruanda, donde la muerte del presidente Juvénal Habyarimana derivó en semanas de masacres en las que se estima que 1 millón de personas fueron asesinadas y alrededor de 200.000 mujeres fueron violadas.

Otro de los ejemplos de crímenes de guerra recientes lo encontramos en Siria, un caso que permanece activo. Hace apenas un mes un bombardeo dejó fuera de servicio una planta de agua en Idlib, cerca de Alepo, que abastece a 400.000 personas, y Antònio Guterres, secretario general de la ONU, lidera la investigación sobre lo que está ocurriendo en este país.

También hay que considerar en este rango de crimen de guerra la guerra en Yemen, cuyo fin no parece estar cerca tras seis años de su inicio, con todas las partes implicadas cometiendo violaciones de derechos humanos y el 80% de la población en Yemen dependiendo de la ayuda humanitaria para tener acceso a agua, comida o medicinas.

Por todo esto desde el año 2002 el Tribunal de La Haya se encarga de perseguir los crímenes de guerra. Crímenes como el de los balcanes, en el que personas como Ratko Mladic, exgeneral serbobosnio conocido como el carnicero de los Balcanes, o Jovica Stanisic y Franko Simatovic, jefes del espionaje serbio con Milosevic, han terminado siendo condenados por crímenes de guerra contra bosnios y croatas.