¿Correr con o sin mascarilla?

Los corredores pueden salir a ejercitarse sin mascarilla.
Los corredores pueden salir a ejercitarse sin mascarilla.
F. F. B.

02 de junio 2020 - 18:29

Según el Ministerio de Sanidad, "el uso de mascarillas en el exterior es obligatorio entre la población siempre que no se pueda mantener la distancia mínima de seguridad". Esa es la premisa legal publicada en la orden del pasado mayo en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

A raíz de su publicación surgió la confusión entre los runners y deportistas profesionales, que no tenían certeza de si podrían salir a correr con ella puesta o no. También expresaban la duda de si, en el caso de no llevarlas, podrían ser penalizados. Más allá de la aceptación de la norma, explicaban, es imposible correr con mascarilla por la asfixia que ello conlleva.

¿Sin mascarilla?

Aunque el BOE, que recoge varias excepciones, no es explícito a este respecto, la respuesta final es que efectivamente, se puede correr sin esa medida de prevención. En la norma se explica que se está exento de llevarla "para el desarrollo de actividades en las que, por su propia naturaleza, su uso sea incompatible". En relación a ello, tanto Sanidad como el Consejo Superior de Deportes señalan que el deporte se encuentra incluido en esa salvedad.

Lo razonable, afirman los expertos, es que las personas que corran o practiquen alguna disciplina deportiva mantengan una distancia de seguridad con respecto a las otras. Es posible, no obstante, llevar la mascarilla para que cuando estén en una zona donde, por cualquier circunstancia, no se pueda mantenerse a dos metros de distancia, se la puedan poner. En el ámbito profesional, no obstante, quien practique el deporte de alta exigencia, será bastante improbable que la lleve.

De hecho, en el caso de los atletas que entrenen en Centros de Alto Rendimiento (CAR), teniendo en cuenta que únicamente está permitido el 30 % del aforo, no tendrán ninguna dificultad para entrenar a este respecto.

La seguridad, siempre

Por otra parte, si bien hay mascarillas especiales que simulan la hipoxia restringiendo intencionadamente la cantidad de oxígeno y pudiéndolo regular, si nos referimos a las mascarillas quirúrgicas, las FFP2, las FPP3 e, incluso, las de tela, al corredor le es imposible cambiar la saturación de oxígeno. En realidad, explican los expertos, respiran menos aire, lo que no es beneficioso ni saludable para el deportista.

En cualquier caso y, más allá de estas excepciones, según el titular de Sanidad, Salvador Illa, el uso generalizado de mascarillas en la población está justificado "no solo por su alta transmisibilidad, sino también por la capacidad que han demostrado las mascarillas para bloquear la emisión de aerosoles (gotas de saliva), muy necesario cuando no es posible mantener la distancia de seguridad". Así pues, para correr (y con prudencia), no; para socializar, sin duda.

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