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Correr es bueno para la salud, pero en su justa dosis

Un estudio sugiere que la práctica del 'running' a niveles extenuantes es perjudicial para el corazón. El equilibro estaría en correr menos de tres horas semanales.

Salir a correr es un ejercicio sencillo y completo que ha aumentado su popularidad tanto en medios urbanos como en zonas rurales.
Ramiro Navarro

14 de febrero 2015 - 01:00

Existen dos pilares esenciales para preservar la salud: la alimentación equilibrada y el ejercicio físico practicado con regularidad. Desde hace décadas los estudios han demostrado que aquellas personas que son físicamente activas presentan, al menos, un 30% menos de riesgo de muerte de muerte por cualquier causa en comparación con las personas que se definen como inactivas o sedentarias. Ahora un estudio ha venido matizar que no solo importa que se realice con regularidad, si no intensidad con la que se realiza el ejercicio. No existe consenso para poder definir cuál es la dosis ideal de ejercicio para mejorar la longevidad, peros se ha demostrado que su práctica excesiva y muy intensa acaba por ser perjudicial para la salud.

El objetivo de este estudio, realizado por un equipo de profesionales del Hospital Frederiksberg en Copenhague, Dinamarca fue investigar la asociación entre correr y todas las causas de mortalidad a largo plazo, centrándose específicamente en los efectos de ritmo , la cantidad y frecuencia de jogging. Este trabajo se ha realizado a partir de datos del Copenhagen City Heart Study, que ha contado con 1.098 corredores sanos y 3.950 personas saludables que nunca practicaban este ejercicio. La observación y captación de datos comenzó en el año 2001; el trabajo ha sido publicado recientemente en Journal of the American College of Cardiology.

De este modo, aquellas personas que mantienen una actividad ligera y moderada presentan una mortalidad menor que las personas sedentarias, mientras que los corredores extenuantes tienen una tasa de mortalidad estadísticamente similar a la del grupo sedentario. Esto ha llevado a afirmar a estos investigadores que si bien el ejercicio suave presenta beneficios demostrados sobre la esperanza de vida y la longevidad; el ejercicio intenso y excesivo no aporta beneficios comparándolo con personas sedentarias. Según este estudio, lo idea es correr entre una y 2,40 horas a la semana a una velocidad de unos 8 kilómetros por hora. "En este estudio, la dosis de actividad física que resultó más favorable para la mortalidad fue correr de 1 a 2.4 horas por semana, sin correr más de tres días por semana", dijo el investigador del estudio, Jacob Marott, del Hospital Frederiksberg en Copenhague, Dinamarca. El mejor paso fue lento en promedio, de unos 8 kilómetros por hora, añadió.

De un grupo de unos 5.000 daneses adultos sanos, Marott y sus colaboradores siguieron a casi 1.100 corredores sanos y a 413 personas sedentarias durante más de 12 años. Los corredores anotaron las horas y la frecuencia con la que corrían, y su percepción de su ritmo.

Pormenorizando los datos que utilizan en el estudio en comparación con las personas sedentarias, aquellas que corrieron entre una y 2,4 horas a la semana se asoció con la mortalidad más baja. La frecuencia óptima de correr fue de 2 a 3 veces por semana. El ritmo óptimo era lento, unos 8 kilómetros hora. Los corredores fueron divididos entre corredores ligeros , moderados y vigorosos. El ratio más bajo de mortalidad se encontró en los corredores ligeros, seguido por los corredores moderados y. por último, los denominados corredores extenuantes. Con todos estos datos, "creemos que el ejercicio de resistencia extenuante a largo plazo podría inducir una remodelación estructural patológica en el corazón y en las arterias grandes", planteó Marott en declaraciones a Health Day.

Este estudio viene poner el énfasis en posibles riesgos asociados ala práctica excesiva, o extenuante utilizando el término de los autores. Un estudio anterior, publicado en 2014 también en Journal of the American College of Cardiology, indicaba que existe un riesgo más bajo de muerte entre los corredores con la duración y la frecuencia de correr más altas (al menos tras horas a la semana o al menos seis veces por semana) en comparación con los no corredores. Por tanto, los nuevos resultados del estudio danés hay que tomarlos con cautela.

Los beneficios del running son constantemente demostrados. Estudios recientes han subrayado incluso sus beneficios a la hora de prevenir patologías neurodegenerativas como el alzheimer o el párkinson.

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