Consejos para mantener un peso saludable
Nutrición
Dieta, palabra temida, es como un castigo, por eso muchos profesionales prefieren hablar hoy de terapia nutricional. La dieta mediterránea, en nuestro medio, es la más apropiada por factores culturales, tradición y accesibilidad a los alimentos que la componen. Es preferible usar el aceite de oliva como principal grasa . Se recomienda consumir alimentos de origen vegetal : frutas, verduras, legumbres y frutos secos y tomar diariamente pan y alimentos derivados de cereales. Asimismo, es importante potenciar los alimentos poco procesados, frescos y de temporada y consumir diariamente lácteos: quesos y yogures. Por otro lado, es preferible que la ingesta de carne roja sea moderada y mejor formando parte de guisos. El pescado puede ser abundante y los huevos con moderación. De postre: fruta y los dulces solo de forma ocasional. Por último la bebida por excelencia debe ser el agua. El vino con moderación y con las comidas. Los médicos tendremos en cuenta las preferencias del paciente (factores culturales, religiosos, económicos..) y las alteraciones metabólicas o enfermedades que presente a la hora de valorar el ejercicio físico recomendado.
Sedentarismo. Realizar ejercicio adecuado a cada persona
El ejercicio regular, aunque sea de baja intensidad, mejora el control metabólico, disminuye el riesgo cardiovascular y aumenta el bienestar general. ¿Me tengo que apuntar a algún gimnasio? la respuesta es que no es imprescindible, evidentemente es mejor realizar ejercicio con supervisión pero lo indicado es la realización de ejercicios de características aeróbicas (baja intensidad y larga duración) como caminar, trotar o correr, nadar, ciclismo, etc. Debe elegir el ejercicio que más le guste y que mejor se adapte a su estilo de vida, pues se favorecerá el bienestar y la persistencia en la práctica de la actividad física. Es más importante la constancia y persistencia en la práctica del ejercicio que el tipo de ejercicio . La frecuencia y duración aconsejadas son 30-60 minutos cinco veces a la semana. La intensidad y frecuencia deberá adecuarse a la edad y características de cada persona (práctica previa de ejercicio regular, enfermedades concomitantes, etc) de ahí la importancia de consultar con su médico antes de iniciar una actividad física.
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