Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Cohabitación y deslealtad (Federal)
La época estival llega oficialmente a su fin con el cambio horario que se producirá en la madrugada de este domingo 25 de octubre. Por tanto, a las 3:00 serán las 2:00, un cambio que hará que ahorremos gran cantidad de energía.
Los cambios horarios y cualquier cambio en general hacen que las personas lo sufran en su físico y mente. Maximizar las horas de sol es muy positivo para el ahorro energético pero puede traer serios quebraderos de cabeza para nuestra salud. Aunque es un cambio que se impulsó hace ya 70 años, las personas no logramos acostumbrarnos a los cambios bruscos, aunque sea uno anual como es el caso de pasar al horario invernal.
Nos levantamos y acostamos una hora más tarde, un cambio que altera aspectos como el ritmos circadianos aquellos que se encargan de regular los cambios físicos y mentales que experimenta nuestro cuerpo a lo largo del día. Este ritmo está controlado por el famoso reloj biológico que de tantas cosas y etapas de la vida nos avisa, un reloj que se encuentra en la zona del cerebro llamada hipotálamo.
El cambio horario remueve los ritmos circadianos y provoca en esta época fatiga y somnolencia, influyen en la secreción de hormonas, hábitos alimentarios y la digestión, en la temperatura corporal y en otras funciones importantes del cuerpo.
Ahí van una serie de consejos para que esta transición horaria no nos vuelva del todo locos:
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