'Balconing', dolor de hoteleros

un problema para el Turismo La práctica es un quebradero de cabeza para las autoridades baleares

Casi una treintena de extranjeros, la mayoría de nacionalidad británica, se han precipitado al vacío durante este año por saltar entre balcones o directamente a la piscina de los hoteles en Mallorca

Hotel de Palma en el que un joven austriaco se precipitó desde el balcón.
Hotel de Palma en el que un joven austriaco se precipitó desde el balcón.
Iskra Calderón (Efe) / Palma

16 de septiembre 2012 - 05:01

En lo que va de año casi una treintena de personas se han precipitado desde los hoteles de Baleares y cuatro de ellas han muerto en estas caídas, que incluyen la práctica conocida como balconing, el dolor de cabeza veraniego para el sector turístico de las islas y para las autoridades británicas.

El balconing se define como una práctica que consiste en saltar entre balcones de hoteles o directamente a la piscina, que se viene produciendo de forma habitual en los veranos desde hace unos años, especialmente en las zonas turísticas de Mallorca e Ibiza, y en las que suelen estar involucrados jóvenes europeos, en particular ingleses.

El Servicio de Emergencias de Islas Baleares contabilizó -hasta el 21 de agosto de este año- 28 casos de precipitaciones en los hoteles de las islas, de los que 19 se produjeron en Mallorca, siete en Ibiza y dos en Menorca.

Los meses más "prolíficos" fueron junio y julio, con ocho casos cada uno, seguido de agosto -mes de vacaciones por excelencia- que aportó seis sucesos y de mayo, en el que se produjeron cinco caídas desde hoteles.

Los registros se refieren a todo tipo de precipitaciones ocurridas en los establecimientos hoteleros; es decir, a los casos de balconing y a los que se consideran caídas accidentales.

La mitad de las precipitaciones ocurrieron en el municipio mallorquín de Calviá, destino preferido por jóvenes turistas por sus famosas fiestas, en las que el alcohol y otras drogas son los principales invitados.

El fenómeno es un dolor de cabeza para el sector turístico, en especial para los hoteleros, que ven cómo la imagen de sus establecimientos se ve afectada por este tipo de sucesos, a pesar de que cumplen, han dicho, con todas las medidas de seguridad que la normativa vigente les exige.

La gerente de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (Fehm), Inmaculada Benito, resaltó que el sector "cuida de forma especial no sólo las leyes, sino también las medidas preventivas e informativas adicionales".

En el concepto de prevención trabaja el Gobierno británico, que ha lanzado por segundo año consecutivo una campaña informativa para evitar los incidentes relacionados con balcones en los hoteles entre sus turistas más jóvenes, de 18 a 35 años.

Según las estadísticas de las autoridades británicas, diez de sus ciudadanos han sufrido algún accidente que involucra balcones en establecimientos hoteleros de Mallorca e Ibiza.

En total, catorce ingleses han estado relacionados con casos de balconing fuera de su país en lo que va de 2012, según fuentes de la Embajada británica, que advierte de un repunte este año, pues este número supera los registrados en 2011, año en que se contabilizaron nueve. De los catorce, tres han muerto.

Estas cifras no están muy alejadas de las recogidas por el 112: de los 28 precipitados, seis fueron identificados como ingleses.

Por esta razón, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico y la asociación de agencias de viajes, ABTA, han puesto en marcha una campaña informativa, que incluye el testimonio real de un superviviente a una caída desde un balcón de un hotel de Magaluf durante sus vacaciones en 2011.

Los folletos turísticos de ABTA incluyen una foto y la historia real del joven de Liverpool Jake Evans, de 19 años, que también aparece en un vídeo colgado en la web del Foreign Office.

Evans cuenta en el vídeo cómo, con unas copas de más, desde la habitación de una amiga en un hotel de Mallorca, pidió prestado a otros turistas que estaban alojados dos plantas más abajo un encendedor. Al intentar atraparlo, cayó siete pisos, lo que le ocasionó múltiples fracturas.

"Sé que soy afortunado por estar vivo, pero este accidente ha cambiado mi vida", relata.

En opinión del cónsul británico en el archipiélago balear, Paul Abrey, "estas prácticas son extremadamente peligrosas y pueden costarles la vida o dejarlos permanentemente incapacitados".

Abrey añade que muchos jóvenes viajan sin seguro y aclara que el Gobierno británico no puede asumir el gasto médico; los afectados pueden llegar a pagar miles de euros en facturas sanitarias y en vuelos de regreso a su país.

"Nuestro consejo tiene como objetivo ayudar a los turistas a utilizar sus balcones en forma segura y evitar más de estos incidentes trágicos y evitables", añade el responsable de Destinos y Sostenibilidad de ABTA, Nikki White. El Foreign Office advierte en las recomendaciones de viaje: "Hay un número de muertes como consecuencia de caídas desde los balcones. No tome riesgos innecesarios, sobre todo cuando sea consciente de que se encuentra bajo la influencia del alcohol o las drogas".

"Esperamos que todas estas campañas ayuden a minimizar los impactos negativos que pueden tener la concurrencia masiva de personas en periodo estival", añadió Benito.

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