Atento a estas pistas si sospechas que puedes ser celiaco o intolerante al gluten
Contenido ofrecido por Quironsalud
Las personas celíacas son aquellas que son intolerantes al gluten. Se cree que en torno a un 1-2% de la población española padece este trastorno; si bien se estima que cerca de 8 de cada diez no están diagnosticados. Y un punto muy importante a tener en cuenta es que este fenómeno no solo se puede presentar desde la infancia, sino que puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida adulta también.
Es por ello por lo que la doctora María Orera, médico genetista de Health Diagnostics, empresa perteneciente al grupo Quirónsalud, pide estar atento a las posibles pistas que nos hagan sospechar de celiaquía o intolerancia al gluten: “Los síntomas de la celiaquía son inespecíficos, tales como el malestar abdominal, la sensación de hinchazón, y los cambios en los hábitos intestinales”.
Pero no queda ahí la cosa porque destaca que hay que tener en cuenta igualmente a otros síntomas comunes y no gastrointestinales como la fatiga crónica, la anemia, o la baja densidad ósea. “No están asociados al aparato digestivo, lo que dificulta la identificación del problema”, advierte esta doctora.
Asimismo, recuerda que los niños celiacos presentan síntomas algo diferentes de los adultos, tales como: náuseas y vómitos; diarrea de larga duración; hinchazón abdominal; estreñimiento; infertilidad; abortos.
“Si no se gestiona la enfermedad, la disminución de la absorción de nutrientes puede causar retraso en el crecimiento, daños en el esmalte dental, y pérdida de peso. Dado que los efectos más perniciosos para la salud se producen en el largo plazo es fundamental conseguir un diagnóstico lo antes posible, para evitar la aparición de los síntomas”, remarca esta especialista.
¿En qué consiste la celiaquía?
Esto es así porque, según explica, la celiaquía es un síndrome de origen autoinmune, y de malabsorción, caracterizado por intolerancia a las proteínas del gluten (presentes en varios cereales como el trigo, la cebada, o el centeno), y que produce un daño en la mucosa intestinal, fruto de la ingesta del gluten.
Dice que tiene lugar en individuos genéticamente predispuestos, con los alelos HLA-DQ2/DQ8. Es decir, que si algún familiar nuestro es celíaco debemos tenerlo igualmente en cuenta en caso de tener la sospecha. “Su aparición puede estar causada por diferentes causas como factores dietéticos, genéticos, o ambientales”, aclara la doctora Orera, quien lamenta que, a pesar de que la intolerancia al gluten es cada vez es más conocida, aún son muchas las personas que no saben exactamente qué es.
“Algunos de los síntomas de la celiaquía continúan confundiéndose con indigestiones, colitis, alergias alimentarias o, simplemente, con los efectos secundarios de haber comido demasiado. Conocer en qué consiste esta patología permitirá identificar las señales a tiempo para acudir a un especialista que determine qué está provocando el malestar”, sostiene.
El problema es que si un celíaco ingiere gluten se desencadena una respuesta inmune en el intestino delgado, que en el largo plazo puede ocasionar numerosos problemas de salud: “Esta respuesta mantenida en el tiempo puede acabar dañando las estructuras que absorben los nutrientes y causar anemia, pérdida de peso, o fatiga, así como efectos nocivos a nivel cardiovascular, neurológico, y psiquiátrico, entre otros”.
Eliminar el gluten en la dieta si hay diagnóstico
Ahora bien, desaconseja totalmente que una persona por decisión propia retire el gluten de su dieta por pensar que esta así será más sana porque no lo será. Las dietas sin gluten parecen aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, por ejemplo, y son contraproducentes para nuestra dieta general porque, por ejemplo, implican una menor ingesta de fibra, entre otros puntos a tener en cuenta.
Por eso, según prosigue la especialista de Quirónsalud, una dieta sin gluten es el tratamiento a seguir en estos casos pues permite solo a las personas intolerantes reducir o eliminar los síntomas y llevar una vida normal.
Afortunadamente, la comprensión actual del mecanismo de la celiaquía hace posible mitigar o hacer desaparecer los síntomas, así como las posibles repercusiones de salud a largo plazo mediante una dieta de exclusión de gluten. Para ello, es fundamental la identificación temprana de las personas en riesgo.
Cómo saber si soy intolerante al gluten
Cuando existe entonces sospecha de celiaquía en un paciente se le realiza una analítica de sangre, de un test de celiaquía para evaluar la sospecha clínica: “Existen varias aproximaciones para comprobar el estatus de celiaco mediante pruebas de laboratorio. Las pruebas de serología (sangre) detectan los anticuerpos producidos en los celiacos ante la presencia de gluten (presencia o ausencia de anticuerpos Anti-transglutaminasa: AclgA)”.
Consiste en una técnica sencilla y que permite tener resultados rápidamente. Ahora bien, esta genetista advierte de que su sensibilidad depende del nivel de las lesiones en el tejido, de forma que celiacos con daños leves pueden dar negativo. “Este hecho tiene el inconveniente de que personas intolerantes que ya lleven una dieta que restrinja el gluten podrían obtener un resultado negativo, aunque estén afectados”, remarca.
A su vez, la doctora Orera habla de la disponibilidad de las pruebas genéticas, ya que, dado que la enfermedad celiaca está mediada por factores genéticos, se pueden evaluar las variantes de riesgo en los genes HLA-DQ, que están presentes en más del 99 % de los casos confirmados.
“Las mejores pruebas de celiaquía son las que combinan ambas aproximaciones para obtener una evaluación integral, de forma que un resultado negativo permite descartar la enfermedad celiaca con un 99 % de seguridad”, reconoce esta experta.
Es más, la especialista de Quirónsalud concluye que la fiabilidad en los resultados en los análisis de laboratorio es muy importante, más aún cuando se trata con situaciones que requieren actuaciones dilatadas en el tiempo. “El alto rendimiento que presentan estas pruebas hoy en día son una herramienta eficaz para orientar el diagnóstico y optimizar el bienestar del paciente”, zanja la doctora Orera.
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