Argentina se paraliza ante el trepidante avance de la gripe A
Casi todos los lugares de ocio han cerrado sus puertas y algunos municipios exigen mascarillas para ir a misa
Argentina se encuentra cada vez más paralizada por la fuerte expansión de la gripe A con suspensiones de todo tipo de actividades y la decisión de algunos municipios de mantener "las puertas cerradas" por la enfermedad, que ya ha causado 55 muertos, según informó ayer el Gobierno.
Al menos una veintena de distritos de la provincia de Buenos Aires, la mayor del país y la más afectada por la enfermedad, han cancelado sus actividades culturales, deportivas y oficiales para evitar la propagación del virus.
En estos municipios, bares, salones de fiestas, piscinas, gimnasios, locales de internet, bingos, cines, teatros, museos, centros de compras y numerosos comercios amanecieron ayer con las persianas bajadas para combatir el avance de la enfermedad, cuyo número de infectados podría llegar a 100.000, según ha admitido el ministro argentino de Salud, Juan Manzur.
"Se creó un clima loco. Los municipios parecen competir entre sí, como si el que cierra más lugares fuese el mejor", señaló a medios locales el médico especialista en infecciones Héctor Laplumé.
Por su parte, su colega Roberto Debagg consideró que "la curva de la pandemia logrará su pico máximo en unas dos semanas", por lo que "todos deben estar alerta y mantener los cuidados", aunque puede que el virus afecte especialmente "a los adultos" en los siguientes días ya que la afección en los niños "fue bajando".
Las suspensiones de actividades han llegado hasta a populares eventos como la 20º edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires, cuyos organizadores decidieron "acatar el consejo gubernamental" de evitar las aglomeraciones de personas.
Algunos municipios bonaerenses como Luján, incluso, han declarado obligatorio "el uso de barbijo (mascarillas) en todas las iglesias y centros donde se ejerza culto", mientras en otros distritos del país se han suspendido las misas, además de otras actividades públicas.
El cierre de locales se suma al adelantamiento de la feria judicial y a la suspensión de clases durante un mes en varias provincias de la nación, incluida Buenos Aires, para evitar que se intensifique la expansión del virus.
El ministro rechazó que durante la gestión de su antecesora se hayan manipulado cifras y negó además haber sido reprendido por la presidenta argentina, Cristina Fernández, por decir que "hay aproximadamente 100.000 registros" de la enfermedad.
Fernández llamó este viernes a la "responsabilidad" y la "prudencia" y expresó su malestar por la difusión de las cifras facilitadas por Manzur.
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