Aprobado el primer gusano comestible en Europa
Sociedad
La EFSA, Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria que ofrece asesoramiento científico sobre alimentación, ha dado luz verde al primer gusano comestible: el gusano de harina. Mediante evaluaciones de seguridad y estudios previos, publicados por la agencia europea, ha avalado su consumo por el ser humano.
Entre el grupo de expertos que conforman la EFSA, la doctora Helle Knutsen, bióloga molecular y toxicóloga, se ha hecho cargo del estudio correspondiente a nuevos alimentos. Esta evaluación incluye criterios científicos como pruebas de nutrición, química o toxicología para comprobar la calidad y viabilidad de los alimentos que se introducirán como aptos para su inclusión en cualquier alimentación. Desde que entrara en vigor el Reglamento sobre nuevos alimentos se han registrado miles de solicitudes, entre los que encontramos variedad de alimentos producidos con algas, plantas y estos insectos comestibles.
Los insectos, fuente de proteínas
El gusano de harina, conocido científicamente como tenebrio molitor, ha sido uno de los vencedores de las diferentes pruebas realizadas para comprobar la seguridad de su ingesta. Fue el grupo francés EAP quien solicitó la autorización a la agencia para su comercialización ya fuera en polvo o entero.
Uno de los mayores retos para el grupo de profesionales ha sido el poder incluir este grupo de insectos dentro del consumo humano. Ya desde hace varios años se viene insistiendo en el alto contenido en proteínas de la mayoría de insectos y de su fácil acceso. El siguiente paso es comprobar los niveles de alergia que puede provocar en personas susceptibles de sufrir una reacción de este tipo, ya que las proteínas están relacionadas con muchas alergias alimentarias.
Para Giovanni Sogari, investigador de la Universidad de Parma, uno de los principales obstáculos del consumo habitual de insectos en nuestras dietas es el llamado "factor asco". Mediante este concepto, contamos con estructuras sociales y culturales que nos hacen identificar los insectos con algo que, de ninguna forma, podría entrar en nuestros platos de manera voluntaria.
Si bien, existen muchas más ventajas a favor del consumo de insectos que en contra. Además de la ya citada cantidad de proteínas, existen numerosos beneficios a favor del medio ambiente ya que este tipo de alimentos producen menos desechos. Además, su consumo generaría nuevas oportunidades de empleo ya que su coste es mucho menor que el de las fuentes tradicionales de animales y es un sector aún inexplorado.
La EFSA seguirá desarrollando nuevos estudios para seguir verificando, aparte del gusano de harina, qué nuevos alimentos pueden incorporarse de manera progresiva y segura a la dieta de los europeos. Esto viene a traducirse en que la población europea podrá seguir optando por sus comidas de siempre, pero cada vez tendrá más variedad a la hora de escoger sus menús.
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