Ansiedad por el confinamiento: así puedes engañar a tu cerebro sin salir de casa
Sociedad
Establecer rutinas y una buena alimentación son las claves para afrontar los días de cuarentena
"Que los niños no salgan a la calle puede tener un efecto de estrés añadido"
Expertos de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) han ofrecido las pautas para poder engañar a nuestro cerebro y que no sufra durante este periodo de cuarentena que se alarga cada vez más. Diego Redolar, neurocientífico, apunta que esta situación de crisis e incertidumbre puede influir en la calidad y la cantidad de nuestro sueño, "una de las claras "señales externas" de que algo va "regular" para nuestro cuerpo".
El establecimiento de rutinas es una de las primeras medidas que deberíamos haber adoptado desde el primer día de cuarentena, pero si aún no las han adoptado, Redolar recomienda acostarnos a la misma hora que lo hacíamos antes, poner el despertador a la misma hora de antes, levantarnos y ducharnos. Y si, muy importante, quitarnos el pijama. "Ahora hay alta probabilidad de que al no salir de casa mucha gente no se quite el pijama, no se haga la cama, no se duche.... Hay que cortar con eso. Cuando nos levantamos, duchamos y quitamos el pijama estamos dando al cerebro una señal de que empezamos la actividad", ha añadido Redolar, que también recomienda comer a las horas previstas y hacer algo de ejercicio físico todos los días para complementar las rutinas.
La importancia de la alimentación
Para el experto en nutrición por la Universidad de Cádiz, Niklas Gustafson, “Está demostrado que la comida está estrechamente relacionada con el estado de ánimo, de hecho, se dice que el estómago es nuestro ‘segundo cerebro’”.
Podemos sentirnos más positivos para afrontar el día si en la dieta incluimos ciertos alimentos que mejoren nuestros niveles de serotonina y liberen endorfinas, conocidas como "las hormonas de la felicidad". Para eso, Gustafson recomienda consumir alimentos altos en triptófano como por ejemplo: huevos, cereales, semillas de girasol, verduras, legumbres, pescado azul, carnes rojas y frutas (arándanos, moras, fresas, melocotón, plátanos, aguacates...). Si a esto le añadimos la práctica diaria de ejercicio, que está demostrado que ayuda también a nuestro organismo a nivel emocional, aún mejor.
Por el contrario, si gestionamos de manera negativa una crisis como ésta a la que nos estamos enfrentando bien porque estemos bajos de moral, bien porque nos haya tocado una situación personal o laboral complicada, o simplemente porque rechacemos en nuestro interior este estado de alerta, lo más seguro es que nuestra relación con la comida también sea negativa o poco saludable. Esto, a corto y largo plazo, pasa factura: engordar es lo de menos, lo más preocupante serían los cambios hormonales, las manchas en la piel, la caída del cabello, la mala circulación, hinchazón, tristeza, angustia, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Está comprobado que alimentos como el azúcar refinado o las grasas transgénicas (los ultraprocesados y comida basura en general: bollería industrial, snacks, chips…) colaboran a aumentar la depresión y el mal humor.
“Por nuestro bien y por el de las personas que nos rodean, es recomendable tener, al menos durante el confinamiento, una relación saludable con la comida ya que esto solo nos aportará beneficios”, aclara el experto.
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