Ajustar el reloj biológico del metabolismo
Cronobiología
Según Marta Garaulet, experta en Fisiología, controlar el peso también depende del horario de las comidas.
La medicina cambia casi cada día. Por esta razón, algo tan común como ir a hacerse análisis cada mañana puede pronto quedarse en una práctica anticuada. Al menos, según la cronobiología, una especialidad médica que viene pisando con fuerza. Estudia los ritmos biológicos y, en poco años, ha demostrado que los niveles de las sustancias que se miden en muchas pruebas cambian a lo largo del día y, lo más importante, que esos cambios tienen implicaciones importantes para la salud. Así se pueso de manifiesto en una conferencia celebrada este jueves en Madrid, con ocasión del VI aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz.
"Casi más importantes que el valor de la mañana son los cambios de estos parámetros a lo largo del día", explica la catedrática de Fisiología y bases fisiológicas de la Nutrición de la Universidad de Murcia, Marta Garaulet. Esta profesora publicó el pasado mes de enero un estudio revolucionario, que afirmaba que, a la hora de perder peso, era casi más importante controlar la hora de la comida que su contenido.
"Tenemos una biología que tiene horas y cuando esta cronobiología falla hay enfermedad y es lo que se llama cronodisrupción", señala. El principal problema es que el estilo de vida actual hace que la sociedad engañe a su propio organismo y no le deje así llevar el ritmo que debiera. Por lo tanto, estas cronodisrupciones están, en muchos casos, provocadas por la propia persona -en un 30% el problema es genético. Esa es la mala noticia, pero la buena es que ciertos cambios en el comportamiento pueden revertir la situación.
La ciencia en la que es experta Garaulet, que además de llevar su Cátedra es profesora visitante en la Universidad de Harvard (Estados Unidos) no está todo lo difundida que debiera estar. De hecho, la especialista recuerda como la primera que asoció la obesidad a la cronodisrupción su trabajo fue recibido con reservar por la propia comunidad científica. Ahora, cinco años y varias publicaciones en las revistas más importantes del sector después, sus tesis son más respetadas pero aún desconocidas por muchos.
Uno de los problemas de las cronodisrupciones es que es difícil medirlas. Como comenta Garaulet, no sería práctico ni ético hacer "análisis de sangre cada hora" para estudiarlas. Por eso, en los estudios que lleva a cabo, utiliza técnicas no invasivas, como medir la temperatura corporal de forma continua o medir en la saliva la presencia de algunas hormonas. Por ejemplo, la melatonina, que es una hormona que debería estar alta por las mañanas y el cortisol, que debería estarlo por las noches. Cuando las cosas no son así, es que el reloj biológico está fallando.
Una de las principales consecuencias de ese fallo, es la obesidad, como han demostrado los trabajos de Garaulet. "La gente que tiene malos ritmos biológicos está más gorda", subraya. Y explica los factores que contribuyen a la correcta sincronización del organismo, a saber: la luz, la actividad física y las comidas. Por ejemplo, el hecho de que por las noches tengamos casi la misma luz que por el día, aunque artificial, no ayuda al organismo a 'enterarse' de que es nuestro tiempo de descanso.
Por esta razón, se observa más obesidad en los trabajadores por turnos, así como en las personas que padecen jet lag a menudo, por viajar mucho. Pero existe otro tipo de jet lag menos conocido, el denominado social. Es lo que le pasa a las personas que les gusta salir por la noche aunque sus obligaciones les obliguen a despertarse temprano.
Porque si hay un factor que influye en la obesidad y en la cronodisrupción más que ninguno es el sueño. Para Garaulet no hay excepciones. Se debe dormir ocho horas siete como mínimo. Hay que obligarse y si eso implica tener que buscar ayuda externa, ha de hacerse así. No solo importa la cantidad de sueño, también su calidad. Las personas que se levantan mucho por la noche, y aún más lo que aprovechan sus excursiones nocturnas para 'picar' algo, son mucho más propensas a la obesidad.
El gasto energético también puede engañar al organismo. De ahí la recomendación de esta especialista. El ejercicio, mejor por la mañana. Entonces, si hacemos que el organismo regule su cronobiología ¿podemos tener vía libre en la mesa? La respuesta, desgraciadamente, es negativa. "Yo recomendaría hacer tres comidas al día y siempre temprano. Cuanto menos se cene, mejor", explica.
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