Afectados por pitidos en el oído reclaman un tratamiento global en la Sanidad Pública
Alrededor del 20 % de la población sufre zumbidos en los oídos.
El alto precio de escuchar
Los afectados por el molesto pitido en el oído por acúfenos a menudo van de un especialista a otro sin encontrar la solución a una patología de origen e intensidad muy diversa, por lo que reclaman que la sanidad pública facilite unidades de tratamiento global y multidisciplinar, con especialistas de diferentes ámbitos de la medicina.
Hace seis años, cuando ya había sumado la sexta década de su vida, Josep Cruanyes empezó a notar "un pequeño pitido en el oído izquierdo", que durante los primeros cuatro años fue "soportable" pero posteriormente, ya no.
"El nivel del pitido llegó a imponerse a todo, perdí audición y mi vida pasó a estar condicionada por este sonido presente en todo momento", relata Josep en declaraciones a EFE, en la víspera del Día Mundial de las Personas con Acúfenos, que se celebra cada 25 de abril.
El "infierno" de los acúfenos
El "infierno" del tinnitus (como también se conocen los acúfenos) fue subiendo de volumen, hasta provocar en Josep "un estado de ansiedad y estrés continuo", que le impide "concentrarse o tomar decisiones", y todo ello con el agravado de no encontrar soluciones.
Según la Asociación de Personas Afectadas por Tinnitus (APAT), alrededor del 20 % de la población sufre zumbidos en los oídos, con mayor frecuencia en personas mayores -en más del 65 años el porcentaje es del 25 %-, porque está relacionado con un deterioro del sistema auditivo.
De entre los afectados, se estima que para un 5 % ese tintineo resulta invalidante para llevar a cabo una vida normal.
A la ansiedad de vivir con un ruido constante y molesto, se añade el problema de no encontrar un tratamiento global a una patología de orígenes e intensidades muy diversas.
Posibles causas
En algunos, el tinnitus se relaciona con problemas físicos (neuronales, musculares o derivados de problemas de riego sanguíneo), que pueden ser abordados con tratamientos farmacológicos o de fisioterapia -aunque no siempre funcionan-, pero en otros casos no se identifica un origen concreto y va muy asociado con problemas mentales.
"Los facultativos se contradicen, vas de uno a otro, perdido, entre psiquiatras, psicólogos, neurólogos y otorrinos", relata Josep.
De ahí que la APAT reclame la creación en el sistema público de unidades de tratamiento multidisciplinares, en los que haya psiquiatras, psicólogos, neurólogos, otorrinos y fisioterapeutas, para hacer una buena evaluación de cada caso y tratarlo con el especialista más adecuado, como tienen otros países como Suecia, Alemania, Reino Unido o Francia.
Como el verdadero mecanismo responsable del tinnitus todavía es desconocido, tampoco está descrito propiamente como una enfermedad, sino como un síntoma, que en todo caso es real pero, a la vez, resulta difícil de medir de forma estandarizada, como ocurre con otras percepciones sensoriales como el dolor.
Con todo esto, no existe tampoco un tratamiento y la respuesta que reciben los afectados en las consultas médicas es que hay que acostumbrarse y que no hay nada que hacer: "Como no saben qué hacer, no existe", lamenta el terapeuta Benet Solans.
Habituarse
Su especialidad es la terapia psicológica de habituación, que consiste en dar herramientas al paciente para tolerar el tinnitus, sin que esto se convierta o agrave una depresión o un cuadro de ansiedad.
"El problema no es tanto el acúfeno, que lo tienen muchas personas, sino la percepción del mismo", que es lo que lleva a personas a una situación límite en la que la terapia de habituación puede funcionar, resalta Solans.
Habituarse es aprender a "convivir" con el acúfeno y desvincularlo de las emociones, pues el cerebro es capaz de oír o no un sonido en función de si lo percibe como una amenaza que requiera de la activación del cuerpo.
"Es como cuando alguien duerme durante 15 días en un hotel en el que pasa cerca un tren; la primera noche lo oye, pero a la tercera, si deja de prestar atención, ya no lo escucha, porque el cerebro discrimina ese ruido porque ya no es nuevo y no lo percibe como una amenaza", explica el terapeuta.
Esta patología y los problemas mentales son vasos comunicantes, pues el tinnitus puede ser causa de cuadros de depresión o a veces la consecuencia -una situación vital traumática puede activar los pitidos o la percepción de los mismos-, de ahí que pueda funcionar una terapia psicológica.
Casos diferentes son los que se logran identificar con un problema físico de deterioro del sistema auditivo, como de tipo neuronal, muscular o de riego sanguíneo, que pueden ser abordados con tratamientos farmacológicos o de fisioterapia, para hacer minimizar su intensidad.
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