Una vuelta de tuerca urgente en el ataque
García Pimienta, obligado a buscar soluciones tácticas ante la falta de gol. El bajón de Isaac, también en juego, es el peor síntoma
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Sevilla/Con unas cifras pobrísimas que convierten al Sevilla de García Pimienta en el menos goleador de los últimos 20 años, el entrenador barcelonés se ve en la necesidad de darle un giro urgente a la fase ofensiva de su modelo de juego ante la evidencia de que lo que ha propuesto hasta el momento no funciona o, de momento, no ha funcionado.
Isaac Romero está siendo la víctima más palpable de esta situación y ya se avisaba en pretemporada desde este medio, cuando prácticamente desde el primer amistoso se hacía evidente que el lebrijano, que irrumpió como casi un héroe con Quique Sánchez Flores por su energía en la presión y en su especial capacidad para entenderse con En-Nesyri, es otro futbolista totalmente distinto cuando se mueve en solitario como único punta.
Isaac, que en los meses de febrero y marzo irrumpió con una fuerza y una efectividad tremendas, llegó a llamar la atención de Simeone y hasta de Luis de la Fuente, llegando a estar en una prelista o quinielas para la absoluta coincidiendo con una lesión de Morata. “Tiene todo lo que un entrenador quiere de un delantero”, llegó a decir el Cholo tras sufrir en sus propias carnes la medicina del lebrijano, que decantó un Sevilla-Atlético (1-0) con el seleccionador en el palco.
Varios meses se estuvo hablando de su renovación, de un contrato corto en el tiempo (acababa en 2025), una cláusula de rescisión asequible y equipos fuertes como el Atlético detrás suya, pero ocurrió lo que no esperaba nadie. Un mal partido en Las Palmas, en el que falló tres goles clamorosos –lo cual acabó beneficiando al Sevilla en su negociación para renovarlo– y una lesión en el derbi cambiaron sustancialmente su situación.
Este verano, el Sevilla construyó el ataque del proyecto alrededor de su figura y de momento no puede decirse que acertadamente. Isaac no ha marcado un gol desde que renovó (su último tanto fue en abril ante el Mallorca), si bien casi se lesionó al partido siguiente.
Está claro que a Isaac no se le ha podido olvidar rematar y meterlas dentro, pero, aunque reitera que no se obsesiona, ha entrado en una espiral peligrosa que sólo acabará cuando marque. Una espiral que además repercute en otros elementos del juego. El lebrijano está teniendo muchos problemas para aguantar el balón y esperar a que sus compañeros de ataque lleguen. No logra desahogar al equipo ni le permite estirarse. Hay que pensar que a lo mejor al canterano se le está asignando un rol equivocado, para el que no está capacitado. El caso es que el Sevilla en las últimas jornadas ha caído en cifras de ocasiones de gol y remates y eso ya es preocupante. Sólo las acciones de Lukébakio arrojan algo de luz, sobre todo tras la lesión de Ejuke, que también –aunque a su manera– generaba acciones de peligro.
La solución del sustituto de En-Nesyri, el nigeriano Iheanacho, brilla por su ausencia y no se puede decir que Víctor Orta no lo supiera. El ex jugador del Leicester marcó en Las Rozas en la Copa después de un año de sequía. Su último gol en la Championship (la segunda división inglesa) fue en octubre de 2023 ante el Swansea en una racha en la que marcó en 4 partidos seguidos. Con Nigeria, con la que ayer era titular cinco meses después, no lo hace desde hace un año, el 19 de noviembre de 2023 ante Zimbabue en un encuentro de clasificación para el Mundial en la zona africana.
García Pimienta no sabe ya cómo taparlo en sus comentarios de cara al exterior. Su falta de forma física es evidente, se vio en el gol que falló, con sólo 7 minutos en el campo, ante la Real Sociedad.
No obstante, cuando Peque, un jugador que en Segunda el año pasado anotó 19 tantos, tampoco se ha estrenado con el Sevilla, hay que empezar a pensar que a lo mejor el problema puede que no esté en los nombres –que podría ser que también por la pérdida de calidad de la plantilla– y sí en el modelo futbolístico, que habría que retocar.
Lukebakio, en punta
El sevillismo ha detectado ya que Lukébakio es el jugador de más calidad de la plantilla, sin ningún lugar a dudas. Ahora sólo falta que el cuerpo técnico entienda que, cumplido un tercio de Liga en el que ninguno de los tres delanteros han mojado, quizá la solución pase por cambiar los cromos de sitio.
El belga tiene gol. No en vano es el máximo goleador del Sevilla con 5 tantos y una descomunal pegada con la izquierda. Ha demostrado que no extraña la posición de delantero, que tiene una gran zancada para jugar si hace falta con ataques directos y verticales como a García Pimienta le gusta. Lukébakio ya jugó como delantero en una fase de la pasada campaña, antes de la irrupción de Isaac, que fue precisamente lo que relegó al belga al banquillo al variar el esquema de un 3-4-3 a un 3-5-2 con más repliegue en el centro y prescindiendo de los extremos.
También está esa opción y probar con dos delanteros, como mejor ha rendido Isaac –incluso a la hora de optimizar la presión y multiplicar su eficacia– y como más a gusto se ha encontrado.
También hay que esperar la recuperación de jugadores que acompañen al ataque, como Ejuke y Saúl con el ilicitano en la mediapunta, por ejemplo.
Sea como fuere, el responsable del plantel desde el banquillo debe cambiar algo, buscar una vuelta de tuerca o descubrir soluciones para elevar el número de goles de un equipo que sigue fallando en las áreas, justo donde los proyectos triunfan o se estrellan.
Las soluciones, además, deberá encontrarlas en la plantilla, porque el límite salarial no va a dar opción, pese a los mensajes del club, a reforzar al equipo en el mercado de invierno.
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