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Carmen Pérez
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No es la primera vez que la Copa de África, ahora llamada Copa Africana de Naciones, tiene una incidencia negativa en los equipos europeos. El Sevilla no se ha librado de ese mal que se origina en el calendario libertino y el contexto peculiar de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) y más de una vez se ha visto inoculado por el virus CAF, más dañino a veces que el virus FIFA siendo consecuencia de éste. El último caso puede haber sido el de Ejuke, aunque es imposible demostrarlo y puede ser una mera especulación, quizá oportunista o quizá no. Los músculos necesitan descanso y Ejuke tuvo poco de esto durante su última convocatoria con Nigeria.
A nadie escapa que la falta de descanso e hidratación es una de las razones de la fatiga muscular, precedente inmediato de las lesiones fibrilares. Y es difícil no vincular la grave lesión muscular de Ejuke a la odisea vivida por la selección de Nigeria seis días antes del Barcelona-Sevilla. Aunque es imposible vincularla a la lesión y no la cubriría en ningún caso el seguro que rige en los protocolos con las federaciones... Todo parte del doble duelo Libia-Nigeria de clasificación para la Copa Africana de Naciones.
En venganza por un parón de tres horas de la selección de Libia en un aeropuerto de Nigeria para el partido de ida, en el viaje para el partido de vuelta las autoridades libias desviaron el vuelo de la selección de Nigeria de Bengasi a Al Abraq, al noroeste de Libia. Y ese aeropuerto estuvo encerrada la selección nigieriana más de 15 horas, sin acceso a agua ni a alimentos, tirados sobre las sillas de las salas de espera, según denunció la federación nigeriana, que ordenó la vuelta a Lagos y el partido de vuelta quedó suspendido.
"Estuvimos unas 16 horas encerrados. Sí, fue mucho tiempo. Sin comida, traíamos algo de agua cuando vinimos de Nigeria y algún snack del vuelo. Nos dio un poco de miedo , pero estuvimos todos unidos para que no nos volviéramos locos”, dijo Ejuke en una entrevista para Jugones tras volver de su odisea en la que pisó tres continentes: Europa, África y Asia.
El Sevilla puso los medios necesarios para que Ejuke e Iheanacho -cero minutos del delantero en cuatro partidos oficiales- volvieran cuanto antes. Tuvieron que hacer dos escalas desde Abuja, en Nigeria, hasta Estambul, en Turquía, para llegar a Madrid y de ahí a Sevilla en AVE. La paliza fue tremenda tras horas de aeropuertos y vuelos larguísimos, desde África occidental hasta Oriente Próximo y luego a España, y eso puede haber influido en la fatiga muscular previa a la lesión.
"Eso es está perfectamente estudiado, el musculo necesita descanso. Se lesiona más si se duerme peor. Está demostrado científicamente desde hace muchos años. Un jugador que viene de jugar con su selección, largos viajes… y encima lo del aeropuerto... El dormir mal afecta muchísimo al rendimiento muscular", dijo en Radio Sevilla Daniel Cansino Muñoz-Repiso, del hospital Quirón Salud Sagrado Corazón.
Hay antecedentes diversos y pintorescos de sucesos como aquella encerrona en el aeropuerto a Nigeria por parte de Libia. Kanouté regresó junto a Keita en 2007 de un Togo-Malí de clasificación para la Copa de África con una herida que necesitó tres puntos de sutura. El susto fue aún más gordo, porque hubo una invasión de campo y el público local atacó a los jugadores con todo tipo de objetos. En el caso del formidable delantero sevillista recibió el impacto de la hebilla de un cinturón. Su compañero Sidibé fue herido con un arma blanca.
También es recordado el episodio entre la selección de Marruecos y el Sevilla, cuando el seleccionador Vahid Halilhodzic citó a En-Nesyri lesionado en noviembre de 2021 y llegó a mofarse de los argumentos del club de Nervión. El delantero marroquí pasó de no jugar en Nervión a hacerlo en la Copa de África junto a Bono.
Las incidencias, por tanto, del virus CAF pueden ir más allá de que la Copa de África se juegue en enero, en pleno calendario de las ligas europeas, fuera de la agenda de torneos FIFA que suelen realizarse en el periodo del verano boreal y el invierno austral, dadas las condiciones especiales de la climatología africana. Quizá sea sólo una casualidad lo de Ejuke, pero se hace difícil no realizar una relación causa-efecto más allá de que venía jugando con asiduidad y de la fisonomía explosiva de su musculatura.
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