Víctor Orta, obligado a recomponer, además, la columna vertebral del Sevilla

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Las salidas de Sergio Ramos y Soumaré, más la previsible de En-Nesyri, obligan al director deportivo a levantar un proyecto nuevo desde el mismo eje y sin dinero

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Víctor Orta, el límite salarial del Sevilla y las dos caras de Jano

Sergio Ramos, el pasado martes en su despedida del Sevilla. / José Manuel Vidal (Efe)
J. A. Solís

23 de junio 2024 - 06:06

Nyland, Sergio Ramos, Soumaré y la pareja que integraron arriba En-Nesyri e Isaac Romero conformaron el eje troncal que aguantó los embates para mantener al Sevilla en Primera. Quique Sánchez Flores lo tuvo clarísimo y bajo su dibujo 5-3-2, que procuró la comodidad de Ramos atrás para no acudir a más fuegos de los necesarios y erigió a la pareja de delanteros en los primeros defensores, le dio al equipo la solidez suficiente para no despeñarse al abismo.

Hoy, esa columna vertebral se ha quebrado por varias zonas y redobla la dificultad de la empresa, ya de por sí complicada para Víctor Orta, de hacer una profundísima renovación de la plantilla. 

La llegada de Xavi García Pimienta, con un manual nuevo –aunque él asegurara en la presentación que se adaptará al perfil de su plantilla–, implica un reseteo a todos los niveles en el plano deportivo. Y un reseteo integral, siempre va a ser menos traumático, más fluido, si permanece la columna vertebral. O al menos buena parte de ella. Ni eso va a tener el entrenador catalán, al que se le ha ido Sergio Ramos, también el cedido Soumaré y es muy probable que tampoco vaya a contar con el mejor goleador, Youssef En-Nesyri, puesto en el escaparate para paliar el déficit en las arcas y ayudar a reducir en más de la mitad el límite salarial, algo absolutamente prioritario si quiere seguir empleando en refuerzos cada euro que ingrese en concepto de traspasos.

La cúpula sevillista ha fracasado en su propósito de convencer a Sergio Ramos para que fuera el líder del grupo. Y la marcha del camero a un club más opulento abre dos heridas. Una, el vacío de un gran capitán con voz de mando –Jesús Navas no tiene carácter para ese cometido y además se marchará a mediados de temporada–. Y la segunda, la necesidad de contratar a un defensa central de nivel. Si Kike Salas evolucionó la pasada temporada, fue en parte por tener a su lado a Sergio Ramos. 

Las apreturas económicas forzarán a Orta a buscar un mirlo blanco en el mercado para remendar la zaga y desviar su atención de la línea que cuenta con menos efectivos hoy día, el centro del campo: a las marchas, convenientes en lo deportivo pero sobre todo lo económico, de Rakitic y Fernando a mitad de temporada se unen las vueltas a sus equipos de origen de los cedidos Soumaré y Agoumé, más la salida de Óliver Torres una vez cumplido su contrato.   

Se da la circunstancia, además, de que uno de los contados mediocampistas que sigue en la plantilla, Joan Jordán, sabe que el club le ha mostrado la puerta de salida, aunque él haya respondido adelantando su vuelta al trabajo, en un mensaje claro a García Pimienta.

Es desolador el decorado a apenas once días de que los jugadores deban retornar a Sevilla para ir pasando las pruebas médidas entre los próximos 4 y 5 de julio.

Víctor Orta y el nuevo entrenador ya han dejado caer que, a causa de las dificultades económicas, algunos de los cedidos que retornan pueden encontrar acomodo en el proyecto y que la cantera va a contar con más protagonismo. Pero una cosa son los jugadores complementarios y otra es la columna vertebral, a la que le urge un trasplante.

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