Lo que une Jesús Navas no lo separa ni el fútbol
El mito palaciego une con su bonhomía y su carismática figura a estrellas mundiales del deporte en un tributo que excedió los límites del Sevilla y de la selección
Así fue el homenaje del Sevilla y el fútbol a Jesús Navas: Una leyenda universal
Berlanga transmutado en Platón. “Lo que yo he unido en la Tierra no lo separa ni Dios en el cielo”. Aquella sardónica frase del cura de La Escopeta Nacional –inolvidable papel de Agustín González– tiene su reverso en la realidad inconmensurable de Jesús Navas González. Aurora es la señora que le dio el segundo apellido y que se enorgulleció de algo clave en el engrandecimiento universal de su figura. “Nunca se le subió nada a la cabeza y siempre lo compartió todo. Y nunca le salió una mala palabra hacia ningún compañero ni hacia ningún rival”. Luis de la Fuente destacó ese mismo matiz de bondad natural como algo compatible con su competitividad. “Ha demostrado que se puede ser buen futbolista y buena persona”. He ahí su universalidad. Lo que ha unido Navas que no lo separe el fútbol.
El homenaje a Jesús Navas resultó un tributo del mundo del deporte en su más alto nivel. Las prácticas deportivas en las que ha triunfado España estuvieron presentes telemáticamente. No sólo personalidades mundiales del fútbol. Figuras como el seleccionador de baloncesto Sergio Scariolo y el gran Pau Gasol. Iconos del ciclismo –su nueva pasión– como Perico Delgado, Alberto Contador o el mismísimo número uno actual, Tadej Pogacar. Y los mejores representantes del tenis: Carlos Alcaraz y Rafa Nadal. También Saúl Craviotto, el multicampeón de piragüismo, o Carolina Marín, la súper campeona de bádminton.
El fútbol incluso quedó opacado por tanta estrella rutilante. Y eso que era difícil ensombrecer el fútbol en un acto tan mimado por el Sevilla. El actual seleccionador de la campeona del mundo, Lionel Scaloni, fue otro de los que ensalzó los valores de Jesús Navas. Y Hristo Stoichkov, aquel animal competitivo. Y Pep Guardiola. Y sus compañeros de dos generaciones ganadoras. La estirpe de Luis Aragonés, que no logró convencerlo para acudir a la llamada de la selección, y Vicente del Bosque, quien sí lo disfrutó y le felicitó por encarnar esa doble realidad de la competitividad y la deportividad llevadas al límite. Quisieron participar in situ Marchena, Sergio Ramos por supuesto y Rodri, el flamante Balón de Oro como máximo representante y líder de la estirpe de Luis de la Fuente, con quien Navas ganó su último título el pasado verano. El último de 15 trofeos: los ocho del Sevilla, los tres con el Manchester City y los cuatro con España. Todos lucieron en el césped.
Porque Navas fue muy competitivo. Él mismo lo reconoció de forma tácita cuando agradeció a su mujer su paciencia: “Me ha comprendido y me ha aguantado por cómo vivo el fútbol. Cuando perdemos soy de los que no quiero ver a nadie”. Así logró sus 15 títulos.
El Sevilla preparó el acto en cinco fases: la formación y los orígenes, su primera etapa en el Sevilla, la selección, su segunda etapa en el Sevilla y la familia, tan importante para la formación de sus valores. Tan presente en una historia peculiar de superación. La de aquel tímido niño de Los Palacios que se ha convertido en hombre y referente para generaciones de deportistas. He ahí su legado.
El sevillismo se volcó con su leyenda más universal. Estuvieron muchísimos ex compañeros. Destacaron los capitanes de su primera etapa en el Sevilla, del inicio a los seis títulos entre 2006 y 2010: David, Pablo Alfaro, Martí, Aitor Ocio, Escudé, Palop... Kanouté. Fue sentidísimo el abrazo con el gigante franco-malí, un padre futbolístico para el palaciego. “Se ha convertido en un líder”, sentenció Fredy. Un líder de competitividad y un líder de deportividad. Inigualable.
Joaquín, Manuel Pellegrini... y José María del Nido
E. Florido
Se había dudado de su presencia por la ruptura de relaciones del Sevilla con el Betis. Pero era una invitación personal de Jesús Navas. Pellegrini fue su primer entrenador en el Manchester City y Joaquín ha tenido una vida futbolística casi paralela y también lo invitó a su despedida hace un año. “Por supuesto que iba a contar con mi presencia. Le tengo admiración a Jesús”, dijo Manuel Pellegrini, con el que ganó la Premier League y la primera Copa de la Liga en el Manchester City.
Jesús Navas tiene esa capacidad. Tanta adherencia tiene su espíritu de pura bonhomía que incluso la rivalidad del derbi sevillano quedó opacada en su honenaje. Cuando saltaron al césped los dos mayores símbolos actuales del Betis hubo aplausos generalizados. Lo que Jesús Navas ha unido...
Joaquín había destacado antes de acceder al estadio la admiración que concita Jesús Navas. “No sólo para el sevillismo, sino también para el fútbol”, dijo. Para todo el deporte cabría añadir. Tal es su trascendencia.
Tanta que hasta José María del Nido Benavente, en otra guerra endógena y paralela la de la rivalidad futbolística, pudo acceder al estadio Ramón Sánchez-Pizjuán por la puerta grande. Incluso posó en el photocall que montó el club para la recepción de personalidades señalando la figura de Jesús Navas. En el aire quedó suspendida su sanción de no acceder al estadio. Otro logro de la leyenda universal.
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