El traje de pana ajó el terciopelo de Lyon

Liga de Campeones: Olympique de Lyon - Sevilla · El otro partido

El Sevilla certifica el cuarto pase a octavos de final de la máxima competición renunciando a su estilo

N'Zonzi y Pareja sostienen a Lacazette en su presión.
N'Zonzi y Pareja sostienen a Lacazette en su presión. / Marcel Deschamp
E. Florido

08 de diciembre 2016 - 02:36

Por cuarta vez en su historia, el Sevilla disputará los octavos de final de la máxima competición continental. Ahora buscará la primera clasificación para los cuartos de la Champions, una eliminatoria que sólo alcanzó en la extinta Copa de Europa de la campaña 57-58, cuando fue arrollado por el gran Madrid de Di Stéfano. En marzo de 2008 cayó ante el Fenerbahçe y en ese mismo mes de 2010, ante el CSKA de Moscú. Ahora lo esperan Arsenal, Nápoles, Mónaco, Leicester o Borussia Dortmund, único campeón de Europa entre los posibles rivales.

Para lograr este nuevo hito en la prolija historia sevillista en Europa, Jorge Sampaoli apostó por la solidez, traicionando su estilo de posesión y posicionamiento en el campo contrario. Y apostó por una mayoría de jugadores de la temporada pasada. El dato final del 58% de la posesión del Olympique Lyonnais frente al 42% es ilustrativo, aunque al descanso la diferencia llegó a ser de 65-35.

Fue una especie de burla a esa filosofía del disfrute del fútbol de ataque. De hecho, Sampaoli, que estaba sancionado, ubicó como delantero centro a Vitolo (autor del único tiro a puerta, al palo) y a Escudero como extremo izquierdo, por delante de Mercado, en un 4-4-2. La ocupación del campo fue mucho más conservadora que en otras ocasiones y recordó a la que posibilitó el mismo resultado en Turín (0-0). Con Juanma Lillo como director del partido en el banquillo, hasta chocó esa elección, tan plausible como otra cualquiera, toda vez que el técnico vasco es un apologeta del fútbol ofensivo. Quizá el recuerdo de su última cita europea, en el año 2000, influyó en el camino elegido.

Entonces, el Zaragoza de Lillo cayó ante el Wisla de Cracovia en los penaltis, al sufrir una inesperada remontada sobre el 4-1 de la ida. En el Parc Olympique Lyonnais no hubo lugar a ese pimpampum, pese a las dudas iniciales que llevaron peligro al área protegida por los sevillistas, incluidos dos remates a los postes.

Ocho de los titulares, además estaban en la plantilla campeona de la Liga Europa. Había oficio de sobra para frenar a Lacazette, Valbuena, Ghezzal, Tolisso y compañía. De los nuevos, Mercado, Sarabia y Nasri, perdido en el sólido entramado del traje de pana que se puso el Sevilla para ajar el terciopelo de Lyon. Sampaoli optó por la vía conservadora y salió vencedor sin el disfrute del gol. Porque con una buena defensa también se puede ser protagonista. Por eso lo celebraban a lo grande los legionarios de Sampaoli.

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