El tope salarial del Sevilla y el lastre de las salidas

Sevilla FC

El caso de Joan Jordán es paradigmático sobre el mayor problema de Víctor Orta en su regeneración del equipo

La lesión de Acuña en la Copa América, otro inconveniente por ser un futbolista que tiene mercado

La cesión de Gattoni a River Plate con opción de compra se da por hecha en Argentina

Del Nido Carrasco, Joan Jordán, José Castro y Monchi, en la renovación del catalán, enero de 2022.
Del Nido Carrasco, Joan Jordán, José Castro y Monchi, en la renovación del catalán, enero de 2022. / Juan Carlos Vázquez

La temporada pasada, con el Sevilla clasificado para la Champions League tras ganar la Europa League, el club tuvo que mirar bien los límites salariales de LaLiga para inscribir a sus primeros fichajes. Gudelj, que había renovado y necesitaba una nueva inscripción, Badé, después de que aún con Monchi al frente se ejecutase su compra, y los tres fichajes stricto sensu, Gattoni, Pedrosa -de Monchi aún- y Sow -primero de la era Víctor Orta- no pudieron ser inscritos hasta el 8 de agosto, poco antes del arranque liguero con el Sevilla-Valencia. Este año, el problema es mucho mayor y el límite salarial sí se aparece como una amenaza real.

El gran problema esta temporada del Sevilla, al margen de que ya no tiene ingresos por competiciones europeas tras la merma de su temprana eliminación en Champions, es que Víctor Orta, en paralelo a la reestructuración general por la grave recesión económica, debe realizar una revolución que pasa por dar salida a un puñado de descartes: Marcao, Joan Jordán, Januzaj, Óscar Rodríguez, Rafa Mir... Y éstos tienen contratos en vigor que pesan muchísimo en el baremo de LaLiga para poner ese tope salarial. Por ahora, hay un exceso de 50 millones de euros sobre ese tope que marca la patronal de clubes.

El Sevilla ya advirtió, a través de su presidente, José María del Nido Carrasco, que esta temporada sería la de la “regeneración”. Esto ya está afectando a distintas áreas. Los despidos de Fernando Navarro y Emilio de Dios sólo fueron la antesala de distintas reestructuraciones de distintas áreas: el departamento de fútbol, el cuerpo médico, el departamento de comunicación, marketing, área social, etc. La ascensión a subordinados de Víctor Orta de Francisco y Álvaro Jurado responde a esos reajustes en los que el club debe mirar lo que tiene en casa y sacar petróleo de las rocas. Pero lo grave llega con el primer equipo. Ahí es donde se oxida la tijera de los recortes.

El caso de Joan Jordán, con varias ofertas sustanciosas para salir que no quiere ni oír, es paradigmático del gran problema de Víctor Orta a la hora de planificar. Sin que haya salidas importantes, no puede haber fichajes importantes, aunque ya se ha producido el de Chidera Ejuke. Y el centrocampista catalán ya sabe por activa y por pasiva que no cuenta en el nuevo proyecto. Su contrato, renovado en enero de 2022 hasta 2027 como culmen a la pésima gestión que hizo el club del derbi copero, es de los altos. Y Joan Jordán quiere cumplirlo en su legítimo deseo de que sigue siendo futbolista válido para el Sevilla.

Han llegado por él ofertas que ni de lejos contentarían al club, como una inviable del Alavés por la que sólo pagaría el 20% de la ficha. U otra del Getafe, que llegaría al 75%. Pero el mediocampista catalán sigue en sus trece por mucho que Orta le esté buscando destino ya que su agencia de representación no hizo mucho caso a su petición de que lo mueva en el mercado. Y si eso pasa con Joan Jordán, qué no pasará con Januzaj...

En esta tesitura, el club está dispuesto a atender cualquier oferta. Por cualquiera. Por ello, la lesión de Acuña en la Copa de América, que podía ser un gran escaparate para él, es un contratiempo. Tiene un desgarro muscular y podría haber dicho adiós al torneo. De momento se pierde el partido de este sábado contra Perú y puede que no juegue las eliminatorias con Argentina. Otro inconveniente más que se une a la urgencia de tener que rebajar en un 50% el coste de la plantilla, mientras se acerca la pretemporada...

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