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Un tijeretazo más delicado

sevilla f.c.

Monchi, en consenso con Míchel, debe afinar más que nunca para recortar una plantilla de 26 jugadores a falta de cuatro refuerzos · Marcelino llegó a trabajar con más de 30 tras la concentración de Rota

José María del Nido, Míchel, su ayudante Víctor Sánchez y el analista Carlos Morales siguen el partido del Sevilla juvenil en la ciudad deportiva.
Eduardo Florido / Sevilla

21 de mayo 2012 - 05:02

Uno de los aciertos de Monchi el verano pasado, que los tuvo pese a que hasta desde el club han reconocido errores en la planificación, fue la operación salida. Una quincena de futbolistas dejaron la disciplina de uno u otro modo, desde cesiones para el crecimiento de jugadores de la casa o motivadas por el bajo rendimiento, hasta ventas que han tenido desigual crítica y resultado. Fue una operación exitosa en cuanto a número, porque Marcelino, que pidió una plantilla corta, se vio obligado a llevarse a la concentración de Rota hasta 28 futbolistas, entre los que no estaban cuatro jugadores por sus compromisos internacionales veraniegos: Medel y Cáceres, por la Copa América; Campaña, por el Europeo sub 19 que ganó; y Diego Capel, que estaba de vacaciones tras proclamarse campeón de Europa sub 21. Es decir, que cuando se incorporaron todos el técnico asturiano llegó a tener a sus órdenes hasta 33 jugadores, una vez que De Mul se reincorporó después de quedarse fuera de la concentración de verano. Lo cierto es que el tijeretazo fue enorme: Zokora, Dabo, Rodri, Capel, Alfaro, Romaric, Sergio Sánchez, Acosta, José Carlos, Bernardo, Kone, Cala antes de su regreso... Ahora el caso es muy distinto.

Actualmente, Míchel sólo cuenta con una plantilla de 26, contando los 24 profesionales con contrato una vez que regresen de sus cesiones Romaric, Bernardo, Acosta y Alexis, más Luis Alberto y el primer refuerzo, Javi Hervás. Además, Monchi justificó la salida de Deivid por la promoción de Salva, que debe subir un escalón hasta sumar 27. Rabello, en principio, llega para el Sevilla Atlético, pero es muy probable que vaya concentrado con el primer equipo. Con todo, la diferencia de partida es positiva, pero hay que mucho que matizar.

De entrada, la situación hace prever menos trabajo para la dirección deportiva en la operación salida, pero la desventaja es que debe afinar mucho más en las decisiones sobre entradas y descartes y, además, algunos de éstos son delicados e implican una difícil solución.

Los puestos a reforzar parecen estar bien definidos: un portero, un lateral derecho, uno o dos centrales y un medio centro defensivo, un puesto que parece ya tener nombre y apellidos aunque el club anda con mucho tiento en que no se deslice el elegido para no levantar esa negociación tan avanzada que anunció Del Nido.

Las llegadas del lateral y el medio defensivo no implican salidas, por la carestía de piezas específicas en esos puestos. Caso distinto es el de la portería y los centrales. Sobre todo en el eje de la defensa hay un importante exceso de futbolistas. Actualmente, tras la vuelta de sus cesiones de Alexis y Bernardo, hay seis jugadores para los presumibles cuatro puestos de central: los susodichos más Fazio, Escudé, Spahic y Cala.

La portería presenta el otro punto caliente, pues el reparto de roles de titular y suplente entre Palop y Javi Varas no ha tenido un resultado positivo y darle continuidad sería no reconocer un problema que ha afectado al rendimiento de ambos y, por ende, al de la defensa. Ahí también debe tener tacto la dirección deportiva, por tratarse de dos futbolistas emblemáticos y con peso en el vestuario. No es una cuestión baladí, ni mucho menos.

Fuera de la portería, hay determinados futbolistas a los que Míchel les ha echado la lupa por su escaso rendimiento o compromiso y a los que el club intentará buscarles acomodo de alguna forma fuera del Sevilla. Uno de ellos es Spahic, del que llegó a insinuar poco espíritu con aquella señalada frase de que "es como cuando llegas a casa y te dicen que le duele la cabeza, no puedes hacer nada". El bosnio no tiene un sueldo demasiado elevado, por lo que su salida no respondería tanto a la política de recortes y antisueldos Champions, como dijo Del Nido el miércoles pasado, sino a su decepcionante rendimiento.

Con Rakitic, otro futbolista que ha decepcionado en su segundo año, hay más esperanza, sobre todo si Míchel lo mete en su idea y su dinámica de grupo desde julio, pero la Eurocopa podría ponerlo en el escaparate.

Lo cierto es que, en un verano que se presume con muy escaso movimiento por la cacareada crisis económica, Monchi tendrá que meter menos la tijera que el verano pasado, pero lo tendrá quizá más difícil por el perfil y la edad de algunos futbolistas que han quedado señalados o cuyo ciclo está definitivamente acabado.

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