La sorpresa de Tecatito al remate... y el Papu para desenredar
Levante-Sevilla | Informe técnico
El fútbol distinto, intuitivo y rebelde del mexicano y el argentino desenredó el partido para un Sevilla algo más vertical mientras tuvo gas
Tembló el sistema defensivo con la entrada de Montiel y Augustinsson
En el fútbol, la rebeldía de los versos sueltos cada vez cotizan más caro. Todo es cada vez más preconcebido. El laboratorio le está ganando el pulso al potrero. Y por ello el fútbol intuitivo, que rompe los corsés y que lleva el guion por el camino de lo imprevisible, suele ser un impulso ganador. Lo encarnó en el Ciutat de València un jugador de una personalidad indudable. De un trazo muy marcado. Y distinto. El Tecatito partió esta vez desde la banda siniestra. Julen Lopetegui devolvió la titularidad a Lucas Ocampos (primer acierto) y lo ubicó en la derecha (segundo acierto). Y el mexicano destapó una inopinada capacidad para plantarse en el área, acudir al remate. Y rematar. Y hace gol. Hasta dos en la primera parte.
Pisar área y rematar es todo un atrevimiento en este Sevilla de Julen Lopetegui, que tantas piezas acumula en la zona ancha en detrimento de donde queman las papas. Y Corona lo hizo con oportunismo en su primer tanto, y tirando de su primorosa calidad técnica y finura en el segundo, picando con delicadeza la pelota para alojarla con parsimonia en la jaula granota. Ese segundo tanto fue fundamental, porque llegó después del extraño penalti, otro más, que el VAR aconsejó en contra del Sevilla.
Defensa
El Levante es un equipo que concentra sus virtudes en su frente de ataque. No sólo por ese rayo que es José Luis Morales. También por el propio concepto de juego del equipo, que ataca con verticalidad, buenos desdoblamientos por los flancos y desmarques raudos a la espalda de la defensa contraria. Jesús Navas se las tuvo tiesas con el Comandante, pero Acuña no tuvo su tarde atrás ni en la toma de decisiones para sacar la pelota en momentos de presión, ni en la contundencia al choque. En el segundo penalti, optó por intentar sacar la pelota en lugar de reventarla, la perdió ante Radoja y éste aprovechó su leve agarrón para provocar, lógicamente, la pena máxima.
Por delante de la zaga, Joan Jordán y Rakitic apenas podían hacer la raya. Nada nuevo, visto su ritmo pastoso. Con todo, lo peor sobrevino con las entradas de Montiel y Augustinsson, absolutamente desubicados y nerviosos. Pudo costarle dos puntos a su equipo.
Ataque
El Sevilla es otro equipo absolutamente distinto cuando el Papu Gómez está en el campo. Lo ve mucho más claro como equipo. Verticaliza el juego y al mismo tiempo hace que la zaga respire al ganar metros. Una pena para los blancos que el fuelle del menudo talento argentino dé para lo que da, medio tiempo con generosidad.
Su dinamismo enchufó desde los costados a Ocampos y Tecatito en el propósito de que los extremos aparezcan mucho por dentro, al estilo de lo que hace el añoradísimo Suso.
Delaney y Óliver empezaron a hacerlo también desde atrás cuando trataron de sacar de atrás a un equipo sin fuerzas.
Virtudes
Su juego ganó en verticalidad con Ocampos, Papu y Tecatito.
Talón de Aquiles
Su fondo físico es limitado.
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