Este Sevilla es carne de purgatorio (1-0)

Sevilla-Rayo Vallecano | La crónica

El limitadísimo equipo de García Pimienta se agarra a una aislada acción de calidad entre Isaac y Sow para derrotar a un Rayo que en la segunda parte, que jugó con diez, malogró ocasiones claras para igualar

Sow celebra su importantísimo gol al Rayo ante Lukébakio.
Sow celebra su importantísimo gol al Rayo ante Lukébakio. / Antonio Pizarro

Sevilla/El sevillista que esta temporada se quiera divertir que se vaya al cine a ver una buena comedia; o a la sierra o la playa, según temporada, a echar un día con la familia o los amigos. El Ramón Sánchez-Pizjuán no es el sitio de los recreos del aficionado. No lo fue la pasada campaña, tampoco la anterior, y ni mucho menos lo va a ser la presente. Este domingo sacó adelante un partido importantísimo, clave para cortar la mala dinámica abierta con las derrotas ante la Real y el Leganés, y aun así el personal rompió en bronca cuando el catalán Busquets Ferrer dio los tres pitidos finales.  

La apasionada parroquia nervionense tiene demasiado frescos los jugadorazos que han vestido de blanco en las dos últimas décadas. También ha disfrutado de la Champions como rutina. Y por supuesto, se ha dejado un dineral en viajar para ver finales y muchas veces ganarlas. Pero el único atisbo de grandeza que va a paladear esta temporada llegará el 30 de diciembre, cuando en el homenaje a Jesús Navas vuelvan esas estrellas que convirtieron el Sánchez-Pizjuán en el mismo paraíso. Hoy, el estadio es lo más parecido a un purgatorio. El que entren lo hará para sufrir. El Rayo Vallecano lo volvió a dejar parente. Jugó con uno menos toda la segunda parte, cuando ya perdía 1-0, y sin embargo no pescó al menos un punto de puro milagro. Ese balón que golpeó Álvaro García –el utrerano siempre luce en el coliseo sevillista– en el minuto 77, tras grosera pérdida de Lokonga, rebotó en la cepa del poste izquierdo de un batido Álvaro Fernández y tuvo el capricho de volver al campo como pudo haberse colado en la jaula. O haber llegado a Pathé Ciss para que la empujara a la red. Pero esta vez la fortuna le guiñó el ojo al limitadísimo equipo de García Pimienta, que hoy pervive en la mitad de la tabla no sabe cómo, con más puntos que juego.  

A falta de que Saúl Ñíguez adquiera un mejor tono físico, el centro del campo sigue de apurados remiendos. Esta vez tocaba la pareja Gudelj-Lokonga, con la ayuda de Sow unos metros más arriba. Un dúo que al menos arrancó el motorcito. Eso, en la primera parte, ya iluminó la mirada del sevillista en estos tiempos tan prosaicos por Nervión.

Iñigo Pérez planteó un centro del campo poblado, con los siempre correosos Óscar Valentín y Gumbau apoyados, como vértice más adelantado del triángulo, por Unai López. El pequeño ex jugador del Athletic salió con ganas –a veces con demasiada, como le ocurrió al filo del descanso con su torpeza al golpear con el brazo la espalda de Isaac para cargar una bala en el tambor del VAR– y mandó una presión adelantada que volvió a incomodar, cómo no, al Sevilla. Pasados los dos minutos, Lokonga recibía un balón de espaldas en su área con dos rayistas encima y ya se oyeron los primeros rumores inquietos desde la grada.

Isaac, para lo bueno y lo malo

Esa actitud valiente de los madrileños, lógicamente, abría caminos a los atacantes a poco que salvaran esa línea de presión. Y ahí, en ese rol de lanzador, fue clave esta vez Isaac Romero para encauzarlo todo. Cuando bajó a recibir y se giró, hizo daño. Otra historia es que convierta ocasiones. Sigue en proceso. Esta vez marró dos claras, una primera que se fabricó en el minuto 21, cuando hizo un buen control orientado con el pecho y remató con el exterior de su zurda buscando el palo derecho de Batalla. Se le fue por poco. Y otra ocasión sobrevino ya en el 65, cuando Peque, en su única acción de calidad enjaulado en la banda izquierda, le puso un balón fantástico para picarla ante el portero rayista. Se le marchó por demasiado y ahí, con casi media hora de juego por delante, murieron las ocasiones del Sevilla.

Antes, fue el de casi siempre, Lukébakio, quien firmó dos de los tres mejores remates de los sevillistas. El primero con un chutazo con bote envenenado al que Batalla respondió con las yemas de los dedos al dar un decisivo paso adelante (11’), y el segundo tras un regate mágico a Chavarría que obligó al guardameta a sacar otra mano recia arriba para despejar a córner.

El tercer remate peligroso entre los tres palos salió de la bota derecha de Sow y esta vez la pelota acabó en las redes. Corría el minuto 28 y fue el chispazo de mayor calidad del Sevilla en todo el encuentro. Pedrosa sacó de banda, Isaac recibió de espaldas y dentro del área, aguantó al central Lejeune con su corpulencia, se giró con habilidad y Óscar Valentín llegó tarde al cruce. El lebrijano, ya de cara a la portería, asistió a Sow a su derecha. El suizo golpeó con clase, abriendo el pie y asegurando con el interior del pie y con potencia para que Batalla no respondiera esta vez.

El partido quedaba encarrilado y más que lo encarriló Isaac, de nuevo Isaac, al provocar la expulsión de Unai López al filo del descanso. Se enzarzó con el medio, que le respondió con un fuerte manotazo a la espalda con el balón ya lejos. Por eso fue Cordero Vega quien actuó desde el VAR para convencer a su colega Busquets Ferrer de que era acción de roja directa.

Un equipo cuajado, serio y competitivo, lo que hoy no es el Sevilla, hubiera salido tras el descanso con una marcha más para someter al Rayo, provocarle faltas y saques de esquina, abrirle el campo e insistir hasta hacer un segundo gol y convencerlo de que no era su día. Pero sólo fue capaz de llegar dos veces, en las acciones referidas de Isaac y Lukébakio en los minutos 58 y 65.

En cambio, el Rayo se fue haciendo con la pelota a medida que crecían las dudas del Sevilla, donde Gudelj y Lokonga se dedicaron a asegurar la pelota, y sin éxito. La entrada de Suso y Navas por la derecha apenas dio para algún escarceo. Y sin embargo, Álvaro siguió yéndose de José Ángel: Nteka desaprovechó otra entrada suya (62’) y antes de que el utrerano estrellara ese balón en el poste, Pedro Díaz cabeceó alto con todo a favor para empatar (74’). Los rayistas perdonaron con uno menos y el triunfo apenas lo celebraron los sevillistas presentes en... el purgatorio.

Ficha técnica

1 - Sevilla: Álvaro Fernández; Carmona, Badé, Kike Salas, Pedrosa (Barco, min. 81); Gudelj, Lokonga, Sow (Juanlu, min. 81); Lukebakio (Suso, min. 73), Peque (Jesús Navas, min. 73) e Isaac;

0 - Rayo Vallecano: Batalla; Ratiu, Lejeune (Embarba, min. 86), Mumin, Chavarría; Unai López, Gumbau (Pedro Díaz, min. 71), Óscar Valentín (Pathé Ciss, min. 46); De Frutos (Isi, min. 86), Álvaro García y Nteka (Camello, min. 71).

Gol: 1-0, min. 28: Sow.

Árbitro: Mateo Busquets Ferrer (Comité Balear). Expulsó al rayista Unai López (min. 45). Además, amonestó a los locales Badé (min. 40) y Kike Salas, (min. 47); y a los visitantes De Frutos (min. 9), Lejeune (min. 20), Óscar Valentín (min. 31), Álvaro García (min. 37) y Batalla (min. 92).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de LaLiga EA Sports celebrado en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante 35.125 espectadores.

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