Peligro de electrocución
Sevilla-Rayo Vallecano
Para el Sevilla sería muy grave tropezar en la visita del colista cuando tiene el margen mínimo de error en su lucha por la Champions.
Sarabia vuelve y Jesús Navas se recupera a tiempo.
A Joaquín Caparrós se le llena la boca diciendo que quedan muchos puntos. Lo argumentó antes del choque ante el Getafe, pero esos puntos se le perdieron al Sevilla en el césped del Coliseum Alfonso Pérez, más concretamente en una de las áreas, en la que Mateu Lahoz señaló aplicando a rajatabla el reglamento dos penaltis por dos estupideces de los de blanco.
Y ahora quedan menos. Y menos, sólo doce, quedarán cuando acabe el encuentro frente al Rayo Vallecano, que ya no es una final, sino una finalísima, por ponerle el sustantivo calificativo en modo aumentativo que el utrerano quería rechazar en la víspera de la cita ante el Getafe.
No. Para nada quedan muchos puntos y menos aún para un equipo que, como el Sevilla, tiene rivales por delante. Si el conjunto de Caparrós no es capaz de ganarle hoy al colista, a ver quién es el guapo que niega que puede ir despidiéndose ya de volver a la Liga de Campeones la próxima temporada.
Porque el que visita el Ramón Sánchez-Pizjuán es un equipo en una situación agónica, que estrena esta misma tarde el farolillo rojo que le dejó el martes el Huesca y que va a salir a morder y a buscarle las cosquillas a un equipo que tiene sus puntos débiles y cuyo rendimiento no es ni mucho menos redondo.
Como además se supone que ante la afición la barra de energía de este equipo se dispara hasta ponerse a tope mientras que fuera de casa parece iniciar los partidos por la mitad, un tropiezo precisamente hoy podría traer consigo una sacudida importante, una descarga eléctrica capaz de generar otro amago de crisis que sería muy, muy peligrosa para el proyecto, para éste que lleva el nombre de Caparrós de cabo a rabo (primero elaborador de la plantilla y luego gestor) y para el que está empezando a diseñar Monchi en su regreso.
A priori es una cita sencilla en la que le debe bastar al Sevilla que aparezca la calidad de sus jugadores de ataque ante un sistema defensivo que es de los más vulnerables de LaLiga, pero Paco Jémez es un técnico –con sus cosillas– inteligente y capaz de meter a cualquier grande en un lío. Lo demostró ante el Valencia, al que venció con claridad en Vallecas (2-0), y no hay que olvidar que en cualquier momento puede hacer saltar las alarmas de cualquier banco y desvalijar la caja fuerte a base de tocar el balón y tener al adversario corriendo de un lado para otro.
Claro, que eso también lo puede hacer el Sevilla y hasta tiene mucho más mimbres para ello, aunque no está de más recordar que hay que ser pacientes y saber que los partidos duran noventa minutos con sus correspondientes tiempos de descuento.
Al Sevilla de Caparrós se le pueden enconar hoy varias cuestiones. Para empezar, el pasillo central deja huecos considerables sin Gonalons y el técnico ya no sabe cómo frenar eso. En Getafe probó con Amadou, en los minutos finales del derbi con Rog... pero en ambos casos fueron dar un paso atrás para un equipo al que le cuesta defender sin balón. Luego, no va a tener en ningún momento a un lateral izquierdo en el campo. Ni específico ni adaptable. La opción Promes le costó un gol (el tercero) en Getafe y Jémez lo sabe, igual que sabe que también puede atacar un flanco derecho eminentemente ofensivo con un extremo de lateral, Jesús Navas, y un delantero de extremo, Sarabia. Si el Rayo logra llevar el balón hasta ahí, con la potencia de Bebe como una seria amenaza, un sistema defensivo que tampoco anda muy fino lo va a pasar ciertamentente mal.
La suerte para Caparrós es que al Rayo le va a faltar su artillero, un Raúl de Tomás que fue muy seguido por los técnicos del Sevilla en diferentes etapas de su carrera –sin atreverse a atacar nunca– y que ahora está de dulce.
Lo mismo la tarde-noche rompe en una velada agradable. De hecho, es lo más probable, pero conviene también tener presente que en circunstancias normales pocos son los partidos de LaLiga que se resuelven en un coser y cantar. Así será si los sevillistas están inspirados y si la sociedad Sarabia-Ben Yedder funciona como casi siempre, teniendo en cuenta que al equipo le cuesta más que antes llegar al área rival por la simplicidad de la teoría de la manta. No compartir esto es creer que la sequía goleadora del franco-tunecino desde la llegada de Caparrós (ningún gol de jugada) es por pura casualidad o por mala suerte, aunque también es cierto que ha tenido ocasiones, ante el Betis, en Getafe..., pero bastantes menos que con Machín.
Hay que pensar que el Sevilla es infinitamente mejor que el colista, pero ése es otro peligro. Hay obligación de sumar los tres puntos porque no queda tanto. Y eso supone un riesgo de electrocución.
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