El Sevilla promete un buen centro del campo en la segunda vuelta
Girona-Sevilla | Informe técnico
El paso adelante que le faltaba a Sow, Lokonga y Saúl llegó tras el descanso, obligado por el 1-0, para que el Sevilla remontara
Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Girona
El Sevilla de Xavi García Pimienta cruza el ecuador con la promesa de que tiene por fin, eureka, un centro del campo competitivo, que agarra el partido por las asas y que permite que, por mera insistencia, la impericia rematadora acabe en anécdota: tanto insistir acaba en goles porque hay gente con llegada, como Saúl Ñíguez y Dodi Lukébakio. La remontada convirtió la salida a Girona en un partido-bisagra, de los que la gente puede recordar cuando acabe la temporada si el equipo sevillista es capaz de acabar en posiciones desahogadas. De momento, ese golpe de autoridad ante un equipo que se le había atravesado en las tres últimas temporadas lo invita a mirar más para arriba que para abajo. Por fin.
Defensa
El admirable Girona de Míchel no es el del año pasado. Faltan Savinho y Dobvyk y eso es decir mucho. Pero a Bryan Gil no le asusta agarrar la camiseta que ha dejado el brasileño y es un estilete casi imparable. Su terrorífica movilidad trajo en jaque al Sevilla en la primera mitad, sobre todo cuando José Ángel Carmona echaba en falta alguna ayuda por delante. Saúl Ñíguez lo supo ver y se abrió para echarle una mano.
Por la banda contraria, Tsygankov también hacía daño con un estilo diametralmente opuesto. El ucraniano es jugador de quiebro, recorte y asociación, mucho más que desborde. Y Pedrosa le dio los metros suficientes. Suerte para el Sevilla que Abel Ruiz apenas le ganó el espacio a los centrales sevillistas.
Tras el descanso, el paso adelante sevillista desconectó a Bryan y a Tsygankov y el Sevilla sólo lo pasó realmente mal en otra incorporación desde atrás de Arnau que cruzó demasiado la pelota, al poco del empate de Saúl.
Ataque
Rubén Vargas ya es ese factor de distracción por la izquierda que puede hacer crecer a Isaac por dentro y liberar por la derecha a Lukébakio, quien ha sufrido marcajes muy severos, con varios jugadores encima, mientras la banda siniestra del Sevilla era ciega. El suizo pisa área con decisión y se asocia. Una pena que en esa fase inicial, con 0-0 aún y tras el penalti que erró Isaac, el ataque sevillista fuera tan profuso como mal dirigido. Y peor resuelto.
En la primera parte le faltó a los medios valentía para dar el paso, arrancar y batir líneas. El Girona no se imponía en el medio, donde Oriol Romeu e Iván Martín se mostraban lentos. Y fue la necesidad, por ir perdiendo, lo que desató a Sow, Lokonga y Saúl en una segunda parte plena de iniciativa, combinación y mando en la zona ancha.
La insistencia produjo muchas situaciones de balón parado, casi todas inocuas, pero en el cálculo de probabilidades apareció la proverbial llegada de Saúl para cambiarle el signo al partido.
Virtudes
Por fin un equipo con una media bien armada. Era la premisa.
Talón de Aquiles
Torpe en llegadas y remates.
Temas relacionados
No hay comentarios