El Sevilla de García Pimienta, al abordaje en gayumbos

Sevilla FC | El análisis

El entrenador da con un Sevilla afilado arriba, pero debe solucionar una endeblez atrás que mana tanto de errores individuales como de una errática disposición

Nyland no paró de hablar con el técnico en ambos partidos, se queda muy atrás y está incómodo con tanto toque con los pies

Los cinco centrales han cometido ya algún error de bulto y por delante, Agoumé no ejerce de sostén

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García Pimienta da instrucciones a Nyland y un ayudante del técnico se las da a Badé.
García Pimienta da instrucciones a Nyland y un ayudante del técnico se las da a Badé. / Juan Carlos Vázquez

Un año después, vuelve la inquietud al Sevilla Fútbol Club. El rostro de Pepe Castro mirando al cielo, pura desazón, tras el doloroso gol de Ayoze ilustra el pesar de todo el sevillismo, que se teme un tercer año seguido de zozobra y angustia. Y el caso es que el equipo de Xavi García Pimienta ha arrancado con mejor son en ataque que el lánguido de la última etapa de Julen Lopetegui o el que empezó atascado la pasada Liga con José Luis Mendilibar. Pero su fatal desempeño defensivo ha echado por tierra toda posibilidad de ganar a Las Palmas y Villarreal. Este Sevilla valiente, audaz, va al abordaje desnudo. Sin coraza. En gayumbos. Y a poco que el enemigo blande su arma, le hace sangre

Los cuatro goles que han encajados los blancos hasta ahora son dignos de ser analizados en las academias de entrenadores como ejemplos de lo que jamás debe hacer un sistema defensivo.

En el primer gol en el Estadio Gran Canaria, es inaudita la facilidad con que Las Palmas llega al corazón del área desde la zona que deben guarecer Gudelj y Pedrosa, antes del autogol de Nianzou, quien cometió varios errores menos comprensivos que el del empate a uno. De nuevo Gudelj y Pedrosa permitían que Sandro reciba el balón con toda facilidad en el segundo, el 2-2.

Y qué decir de los goles del Villarreal. Agoumé se descuida ante Álex Baena, Badé y Kike Salas le abren el camino a Danjuma y 0-1. Ya al final, Pedrosa concede el enésimo centro, Marcao se tira de forma irresponsable, perdiendo la marca de Ayoze, y José Ángel despeja en semifallo para dejarle la pelota en bandeja a Ayoze... 

Son tan groseros los errores, que opacan una producción ofensiva más que estimable: ante un buen equipo, como es el Villarreal de Marcelino García Toral, los sevillistas remataron hasta 16 veces, 7 entre los tres palos y 9 fuera; los amarillos, en cambio, remataron la mitad de veces, ocho, aunque seis de ellas a portería. Hasta ocho jugadores locales remataron: Pedrosa (3), Saúl (4), Isaac (2), José Ángel Carmona (2), Kike Salas (2), Lukébakio (1), Badé (1) e Iheanacho (1). Otro dato positivo. También a la UD Las Palmas le remató el Sevilla en 18 ocasiones, una producción estimable. Pero concedió 15 remates a los canarios.

La presión de Ocampos, Isaac o Saúl es eficaz y da robos que se traducen en un buen número de remates

Y es ahí, en su sistema defensivo, que no sólo incluye a la línea defensiva, donde Xavi García Pimienta debe enfatizar su trabajo en la ciudad deportiva si no quiere que su proyecto quede hecho cenizas en semanas.  

Hasta el niño de seis años que fue con su padre por primera vez a Nervión pudo ver lo que el preparador catalán expuso luego en la sala de prensa: “Tenemos que corregir cosas a nivel defensivo. Es difícil conseguir puntos de esta forma. No puede ser que nos hayan metido cuatro goles en dos jornadas. Es una pena porque creo que el equipo ha sido generoso en esfuerzos, pero con esto no es suficiente. Tenemos que mejorar muchísimo”.

Y lo tendrá que hacer con esos cinco centrales que él mismo, antes de que llegara la primera derrota, dio por buenos ante la prensa. El sábado por la noche, tras ese dardo venenoso de Ayoze con la ayuda de Pedrosa, Marcao y José Ángel Carmona, reconoció que, posiblemente, va a tener que solidificar el sistema con esos mismos actores. 

Aunque la puerta no está absolutamente cerrada. De hecho, dos hombres que no saltaron siquiera a calentar a la banda durante el partido ante el Villarreal, Gonzalo Montiel y Nemanja Gudelj, aún podrían tomar la puerta de salida para abrir un hueco y que llegue... un central. Pero si no se va nadie más antes de las 23:59 horas del viernes 30 de agosto, García Pimienta va a tener que dar con la tecla cambiando algunos nombres (Jesús Navas, Marcao, el recién llegado Barco atrás, Lokonga en el medio) o, en segunda instancia, retocando ese sistema 4-3-3 en el que Agoumé no muestra el vigor físico necesario para blindarse por detrás de dos interiores, el viernes Juanlu y Saúl, que tampoco se distinguen por su labor sin la pelota.

El Sevilla ha realizado ya 34 remates en dos jornadas: 18 ante la UD las Palmas y 16 al Villarreal

Ya han desfilado por las dos jornadas de Liga los cinco centrales que García Pimienta legitimó públicamente, y todos han flaqueado ya en algún momento. Badé y Kike Salas, titulares ante el Villarreal, le abrieron un latifundio a Danjuma en el primer gol –otro se lo abrió Nyland, que se quedó muy atrás con la zaga tan adelantada y al que no para de dar instrucciones su entrenador–, justo después de que Agoumé le diera todo el tiempo y espacio a Álex Baena para que asistiera al delantero neerlandés. También Marcao falló al tirarse en plancha a cortar el centro que originó el 1-2 del Villarreal.

Y antes, en Las Palmas, ya habían flaqueado de forma alarmante Nianzou y Gudelj. Pero todo hace indicar que García Pimienta tendrá que tirar para delante con esos cinco. Los que él mismo aprobó públicamente.

El preparador ha dado con un sistema que procura muchas llegadas. Tantas, que los dos porteros que ha tenido enfrente hasta ahora, Cillessen y Diego Conde, fueron los jugadores más destacados de sus respectivos equipos. El entrenador catalán lo dijo con sus palabras: “Estamos en el camino”. Su propuesta audaz tiene mucha potencialidad. Pero no se puede ir al abordaje en gayumbos. Hay que buscar armaduras. Y ya.

El torpe manejo de esos otros detalles del juego

Aparte de la endeblez defensiva en acciones puntuales, como los dos goles y la acción que acabó en la parada de Nyland ante Pépé en el minuto 6, los jugadores sevillistas anduvieron poco despiertos en dos acciones de esas que distinguen a los equipos conscientes de que la presión al árbitro también entra en la naturaleza del juego. La primera jugada acaeció en el minuto 52. Álex Baena, que estaba siendo el mejor de su equipo con su juego entre líneas y sus pases preñados de peligro, cometió la imprudencia de agarrar a Saúl Ñíguez para evitar su progresión con la pelota, e incluso soltó luego una patadita, que no llegó a impactar en el centrocampista ilicitano. No obstante, el árbitro manchego Isidro Díaz de Mera vio el cielo abierto cuando el Sevilla, en un gesto no muy hábil, sacó la falta al momento sin atisbo de que Lucas Ocampos le reclamara la segunda amarilla (el argentino es el jugador habilitado para dirigirse al colegiado). La segunda jugada que desenmascara la falta de competitividad de los sevillistas acabó en el 1-2 de Ayoze. En una jugada sobre la línea de banda, a la altura del banquillo sevillista, el asistente le dio el saque de banda al Villarreal cuando había sido Barry el último en tocar la pelota. Ningún sevillista reclamó. Y ninguno hizo por evitar que el Villarreal convirtiera un saque de banda en zona defensiva en uno en zona ofensiva: avanzó unos 12 metros, sacó y... la cadena de fallos acabó en el gol de Ayoze. 

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