Sevilla - Fulham: A falta de continuidad, el voltaje de Isaac

Tercer triunfo de pretemporada del Sevilla (2-1), que el domingo tendrá la última prueba previa a la Liga en su visita al Liverpool. En Faro, el equipo de García Pimienta dio dos caras distintas. Fue superior al Fulham en la primera parte, en la que sacó a relucir parte del manual del catalán, pero sufrió para defender su renta, cobrada con dos goles de Isaac en los minutos 1 y 45. Marco Silva sacó a los mejores tras el descanso, sobre todo a su gran fichaje, Smith Rowe, que debutó con gol tras ser adquirido del Arsenal por 31,8 millones de euros, y los sevillistas lo notaron.

García Pimienta aún tiene que bastante ajustar a su equipo sobre su ideario de juego. También echa en falta piezas clave. Pero de momento ha conseguido que sus futbolistas se hayan convencido de que la presión en el campo de contrario, la recuperación voraz tras la pérdida, el repliegue intenso y el despliegue rápido sean las premisas.

Debe imbuir empero el catalán de continuidad a los suyos en la fase ofensiva, porque el Sevilla, cuando tuvo pegada, con sendos goles de Isaac al principio y al final del primer periodo, fue por el carácter que sigue imprimiendo el lebrijano a este equipo: avidez en la presión arriba y rapidez en ataques eléctricos. Fue con estos argumentos con los que más llegó el equipo nervionense al área de los ingleses, que de partida se vieron sorprendidos por la presión adelantada de Saúl. Robo, pase rápido al área en busca de Isaac, siempre presto, dejada a Ejuke y el rebote del regate del extremo que le cayó al propio Isaac para que marcara a placer con la derecha.

La salida hambrienta de los sevillistas no tuvo continuidad en la segunda mitad. En contra de lo que pudiera pensarse a priori, García Pimienta está moldeando un equipo correoso, que no da un balón por perdido, que se tira al suelo las veces que haga falta para rebañar el balón. Pero por falta de cohesión en un centro del campo por hacer, con Manu Bueno de 6 y Saúl muy adelantado para saltar a la presión, privó al Sevilla del balón y del mando tras el descanso.

Con ese juego que, en la fase de iniciación del ataque estático, se empeña en tocar desde atrás se corren riesgos y ahí es donde el foco se vuelve al eje de la zaga. Nianzou, muy firme en sus salidas a obturar a Raúl Jiménez, sufrió más, al igual que Manu Bueno, cuando el rival subió la intensidad y la línea de presión. Un exceso de confianza del central en la salida propició una primera ocasión de Wilson para el Fulham, que tuvo otra clarísima en otro despiste del eje de la zaga en un centro lateral: Andreas Pereira cabeceó alto estando completamente solo en el área chica.

Pero el Sevilla replicó a esa reacción de los ingleses y cuando peor lo pasaba recurrió de nuevo a un arma que sigue intacta. Saque de banda inteligente de José Ángel a Sow y el suizo que saca un pase interior al desmarque raudo de Isaac: 2-0 en el minuto 45.

En la segunda parte cambiaron las tornas con los cambios masivos de Marco Silva. El técnico luso sacó un equipo más técnico y potente y rápidamente Robinson y Smith Rowe hicieron daño. El medio inglés procedente del Arsenal remató sin marca en el corazón del área el centro del lateral e hizo el 2-1 (51').

A raíz de ahí viró el partido, pero el Sevilla supo sufrir para retener su renta. Eso sí, ya defendió más con corazón que con ordenamiento y apenas salió de su redil. Salvo en alguna contra llevada por Isaac, como un disparo escorado de Ejuke (62'), o en ese otro recurso del balón largo de Nyland, que habilitó a Lukébakio en otra ocasión similar (73'). El Sevilla sufrió y ganó. No es mala forma de crecer desde la confianza para seguir ajustando el equipo.