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La nueva rotonda de Nervión no convence

El Sevilla, hacia una final precoz en un polvorín

García Pimienta se encuentra con el peor escenario posible para un equipo nuevo, joven y en formación, entre bajas y anuncios de movilizaciones

La afición se vuelca con el equipo cuando éste le da un poquito y el encuentro frente al Getafe requiere una comunión perfecta

Badé, pequeña luz en la cascada de malas nuevas

García Pimienta, reflexivo, durante un entrenamiento del Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

El peor escenario posible, o casi el peor puesto que al menos sumó dos puntos en cuatro partidos, se le ha aparecido a Xavi García Pimienta en su ilusionada aventura como entrenador del Sevilla. A las primeras de cambio, sin margen apenas para el beneficio de la duda, salvo algún sevillista aislado que aboga por rodear al nuevo entrenador de un clima de confianza. El partido del sábado en el Ramón Sánchez-Pizjuán se presenta como una final precoz, como un encuentro trascendental recién inaugurada la vuelta al cole.Un partido clave en septiembre. La peor previsión de los agoreros cumplida a rajatabla.

Es el momento de que el técnico y sus jugadores tengan la personalidad suficiente para perseverar en lo bueno que ha mostrado el equipo, aquel zafarrancho de combate contra el Villarreal, las buenas fases ofensivas con ocasiones perdidas en Las Palmas, la seriedad que mostró en Mallorca y la capacidad de supervivencia con un futbolista menos...

Contra el Girona, tras una esperanzadora puesta en escena que parecía darle continuidad a lo bueno desdeñando lo malo, el suflé se desinfló tras la pausa de hidratación y se derrumbó por completo en la segunda mitad. Ahí mostró el Sevilla de García Pimienta la peor imagen hasta ahora, frente a una afición ya enfriada y sólo calentada por sus invectivas hacia la directiva. Encima, ahora hay una movilización anunciada.

Un proyecto nuevo con la paciencia agotada

Si algo necesita un proyecto nuevo, con futbolistas jóvenes, con un equipo en formación y un entrenador con escasa experiencia en la alta competición, apenas una temporada, es tiempo, confianza, paciencia... Justo lo contrario a lo que puede ofrecer actualmente un sevillismo que lleva años barruntando la tragedia y dos temporadas viendo pésimos resultados ligueros. El otrora fortín de Nervión se ha convertido en un escenario bizcochable, en un estadio de vulnerables murallas de arena que a los primeros embates de las olas se vienen abajo.

Era una contingencia que podía darse. Víctor Orta optó por darle toda su confianza a un entrenador neófito obviando que el contexto quizá no fuera el idóneo para cocer un nuevo modelo de fútbol a fuego lento, con una plantilla rejuvenecida y sin grandes referentes.

Era lo que venía pidiendo el sevillismo años atrás. El comité de dirección ha configurado una plantilla de coste muy bajo y rebajando en un 43% su coste respecto a hace dos años, de 193 millones de euros a 110 millones. Era lo que requería la grave crisis económica de un Sevilla sin Champñions. Pero los resultados no han acompañado al incipiente proyecto.

Un parón largo y con malas noticias

Otro gallo estaría cantando si la eficacia ante el gol se hubiera manifestado en Las Palmas, frente al Villarreal... Pero cabía la posibilidad de que no fuera así tras la revolución tan abrupta y necesaria que ha llevado a cabo la dirección deportiva.

Cabía la posibilidad de que el avispero del actual Sevilla como club reventase en cuanto se torciesen los primeros resultados. Y así ha sido. El parón, además, justo después de la fea derrota contra el Girona, le ha dado cuerda a toda la indignación acumulada del sevillismo y las malas noticias han fluido en cascada. Sin solución alguna de continuidad.

La petición de otra Junta Extraordinaria de Accionistas por parte de José María del Nido Benavente, la segunda este año, fue la antesala de que se conociera la lesión por un mes de Lokonga. Luego llegó la de Badé, desconvocado por Francia. Al menos, su dolencia es “leve”. Y todo con el caso Rafa Mir de trasfondo. Como si el Sevilla no tuviera derecho a ninguna buena noticia. Como si el destino se empeñase en castigar su contumacia en los errores de gestión del comité de dirección.

Las bajas... y la movilización del sevillismo

Para colmo, el parón ha dado lugar también a una movilización del sevillismo contra la directiva. Se han adherido casi 70 organizaciones, incluidas la propia Federación de Peñas San Fernando -en extraña contradicción con la reunión acordada con Del Nido Carrasco- y Biris Norte.

En lo deportivo, García Pimienta no gana para disgustos. Saúl, el hombre veterano (29 años) fichado para dar jerarquía en este equipo de jóvenes -25,6 de edad media incluyendo los 38 años de Jesús Navas-, comete la niñería de desconsiderar al árbitro en su segundo partido tras haberse perdido el primero por una sanción arrastrada. Frente al Getafe cumplirá el segundo de los dos partidos que le cayeron y encima se vuelve a lesionar Lokonga, que parecía haberle dado cierto empaque a la medular. El puntillazo ha sido la lesión de Badé. Al menos, Sow ya se ejercita con normalidad.

El barcelonés tendrá que aviárselas en este contexto para dar con un equipo competitivo frente al brioso Getafe de Bordalás, otro de los que tampoco ha ganado aún, tres empates en tres partidos con uno por jugar. El Ramón Sánchez-Pizjuán debería ser un volcán contra el rival. Y lo será en cuanto vea algo positivo, como ya ha demostrado. Pero ahora mismo es un polvorín para una final demasiado precoz.

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