Encontronazo de Lamela con un aficionado, pancartas... y mucha tensión en el Sevilla
Se vivió un tenso domingo, antesala de un día clave
Junta de Accionistas del Sevilla: alta tensión, muchísimo ruido y muy pocas nueces
El Sevilla de Diego Alonso, sesenta centros y la misma frustración (1-1)
Los clubes de fútbol son Sociedades Anónimas Deportivas, los que los convierte directamente en una empresa. Sin embargo, se tiende a olvidar un factor que les aleja totalmente de ese frío y correcto 'mundillo': lo emocional.
El respaldo de una afición ayuda a levantar catástrofes y a multiplicar estados de gracia, pero, también, para instalar una tensión -entendible- alrededor de un estadio de fútbol. Eso le ha pasado al Ramón Sánchez-Pizjuán, que ha pasado, en apenas seis meses, de 'Manicomio de Nervión' a 'Trinchera de Guerra Fría'.
Tensión en la previa
El Sevilla se concentró en su habitual hotel durante la mañana del domingo, sobre las 12.30 horas aproximadamenteSevilla. Se pudo apreciar el rostro serio de la plantilla, consciente de la importancia de un duelo que marcaría el futuro de todos. Diego Alonso, a la cabeza, sabía que, valga la redundancia, su 'cabeza' estaba en juego, pero la confianza en su persona de la directiva, sobre todo de Víctor Orta, le podría dar una bala extra para seguir en el cargo.
En cuanto las horas de distancia al duelo se fueron menguando, el clima de tensión iba, sin apenas hacer mucho ruido, creciendo progresivamente. De hecho, tan sólo el Sevilla Atlético e Isaac Romero fueron capaces de arrancarle una sonrisa a la afición nervionense. En definitiva, la cantera.
En torno a las 16.45 horas llegaron los autobuses de Sevilla y Villarreal al Ramón Sánchez-Pizjuán, aunque la expectación no estaba en la 'Puerta 0'. Un gran grupo de aficionados se amontonó junto al mosaico de Gol Sur, por donde acceden aquellos jugadores que se han quedado fuera de la lista de convocados. Por ahí pasó Jesús Navas, quien fue aplaudido por los allí presentes, pero esto no ocurrió con Erik Lamela. El jugador argentino fue insultado por un aficionadoinsultado y, al igual que hizo su compatriota Acuña al término del duelo frente al PSV, contestó con un claro: "¡Respeta, la C... de tu m...!".
Minutos después, llegó Nyland por la misma puerta, pero el guardameta no contestó a algún comentario como "No tenéis vergüenza". Eso sí, con mucha seguridad alrededor de su persona. Ya justo antes de comenzar el partido, José María del Nido Benavente accedió al Ramón Sánchez-Pizjuán y no quiso hacer declaraciones sobre la denuncia de Pepe Castro, Carolina Alés y su hijo José María del Nido Carrasco hacia su persona, aunque condenó la violencia.
Cánticos en el partido
Una vez echó a rodar el balón sobre el Ramón Sánchez-Pizjuán, se pactó una 'tregua' para animar al Sevilla. La afición nervionense, eso sí, no faltó a su momento de crítica hacia el palco, en torno al minuto 20, esta vez hasta con pancartas.
"Sin dinero. Sin transparencia. Sin estabilidad" y "Campamento base en la mediocridad" rezaban unas pancartas que copaban la grada baja de Gol Norte y estaban acompañadas de cánticos tales como "¿Fuera de Sevilla, ya no te quiero!" o "¡Directiva, dimisión!". Un clima que fue una montaña rusa, cuando se calmó por completo tras el gol de Kike Salas -otra vez la cantera- y subió estrepitosamente después del tanto de Morales.
Ya al final del encuentro, cuando el Sevilla se giró hacia su afición para aplaudirles, la respuesta que se llevó fue una atronadora pitada unido al ejemplo más claro de derrotismo en el fútbol: sevillistas abandonado el estadio totalmente en silencio.
Todo ello, a 24 horas de una nueva Junta General de Accionistas. Todo influye, claro que sí, porque, aunque el Sevilla Fútbol Club sea una Sociedad Anónima Deportiva, jamás ha perdido la influencia emocional de sus seguidores y, cuando lo haga, estará sentenciado.
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