Un Sevilla con más espíritu que recursos

A García Pimienta le faltan mimbres, entre bajas y carencias de la plantilla, para ejecutar su plan, pero los arreones de Ejuke casi le dan el partido: los cambios, alguno extraño, sí sumaron

Así jugaron los futbolistas: Ejuke decidió romper

Carmona, ya de lateral izquierdo en la segunda mitad, agarra a Iñaki Williams.
Carmona, ya de lateral izquierdo en la segunda mitad, agarra a Iñaki Williams. / Miguel Toña / Efe

El Sevilla, con sustanciales bajas en el centro del campo y sin el estandarte de Isaac, sacó un punto de oro, que incluso pudieron ser tres, de una visita complicadísima como es San Mamés en estos momentos. A García Pimienta le faltan mimbres para ejecutar su plan, pero al menos tuvo arrestos para ir a buscar al Athletic de Valverde, que se dejó querer buscando el fallo hasta que lo encontró.

Y también tuvo acierto en los cambios, alguno extraño, como sacar a Juanlu por Barco tras el descanso para que José Ángel Carmona fuera el lateral izquierdo en lugar de Pedrosa, que sólo salió cuando ya tuvo que irse a tumba abierta el Sevilla a por el empate.

Lo logró en uno de los arreones de Ejuke, quien tras el descanso sí optó por romper en velocidad en lugar de enroscarse con el balón. En dos partidos ya ha dado cuatro puntos el extremo nigeriano, una especie de Ocampos que mueve el árbol con su heterodoxia.

El Athletic dejó que el Sevilla tuviese la iniciativa de atraerlo para intentar sorprenderlo con balones de ruptura. Pero este equipo, sin Saúl, Sow, Lonkonga ni Isaac, carece en estos momentos de un futbolista que controle y se dé la vuelta para dar continuidad a las jugadas. Pese a intentarlo mucho durante la primera parte, incluso con más posesión de balón que los locales, el Sevilla no podía traspasar el centro del campo, salvo en acciones de Barco apoyándose en Ejuke o Peque, y algún eslalon aislado de Lukébakio. Siempre por fuera, por dentro, con Iheanacho perdido, era imposible. Cuando rompió en velocidad Ejuke, el Sevilla llegó y logró el empate.

Defensa  

Los laterales sufrieron muchísimo, hasta que lo arregló García Pimienta tras el descanso. Carmona en la salida era presionado y provocaba pérdidas peligrosas. Y Barco, con su vocación ofensiva y sus defectos para defender en carrera y hacia atrás, dejaba un pasillo que acabó aprovechando el Athletic. El argentino no parece lateral y por ahí creó peligro una y otra vez Nico Williams, hasta que le sacó la falta del 1-0, en la que Lukébakio evidenció su pésima cultura defensiva no tapando a su par en la frontal. Para evitar ese agujero, hubo un cambio extraño: tampoco se fió de Pedrosa para tapar a un Athletic que iba a buscar la contra. Y acertó retrasando su incorporación al partido. También acertó sacando a Mateo, que presionó arriba de verdad, no como Iheanacho.

Ataque  

Con Agoumé y Gudelj y un delantero menudo como Peque de mediapunta, era difícil darles continuidad a los ataques. Las pérdidas eran continuas en el plan de atraer al Athletic, porque la imprecisión en controles y pases eran continuos. Falta ese hombre que se dé la vuelta y distribuya. Y la mejor opción siempre fue por fuera, ya con Barco, ya con Ejuke o Lukébakio. Pero apenas hubo conexión y remate porque Iheanacho está fuera de forma y no leyó los pases, como el que le brindó Barco (34’). Mateo, en cambio, forzó la roja a Agirrezabala y estuvo al remate en el autogol de Padilla. 

Virtudes  

Creyó en un plan pese a la dificultad para ejecutarlo y fue capaz de variarlo sobre el partido. Y Ejuke encontró la forma de ser dañino.

Talón de Aquiles  

Le sigue faltando calidad en todas las líneas. Iheanacho, al que el técnico pidió dar un paso adelante, es un dolor; el fichaje más decepcionante sin duda.

stats