Sevilla-Espanyol: Un camino por recorrer

Dos semanas después de asomarse al abismo en Almería, el día de la Cabalgata de los Reyes Magos adelantada en feo regalo a sus seguidores, el Sevilla tuvo la epifanía de Xavi García Pimienta con la meritoria remontada en Montilivi. El barcelonés le dio trascendencia al logro de la anterior jornada, que ve como un partido bisagra que debe marcar un antes y un después. Y justo esto, trasladar a la realidad el deseo de que su equipo haya encontrado el rumbo y no lo pierda, es lo que pretende hacer hoy frente al Espanyol el Sevilla.

Será en una jornada especial marcada asimismo por la llegada del delantero que llega para reforzar el precario ataque nervionense, que tiene una excesiva y preeminente dependencia de Dodi Lukébakio. Akor Adams podrá ver el partido de los que serán sus nuevos compañeros desde el palco del Ramón Sánchez-Pijzuán, que quiere disfrutar de la segunda victoria consecutiva en Liga por primera vez en toda la temporada, ya que es algo inédito en la era de García Pimienta. Y ya va siendo hora de limpiar ese borrón.

El técnico sevillista se llevó buena parte de su comparecencia previa loando el partido que ofrecieron los suyos en Gerona y deseando que el Espanyol lo pase mal en la esperada conexión que debe haber entre equipo y afición. Si la hubo cuando el primero no funcionó del todo bien, más razones hay de que ese nexo espiritual reaparezca después del mejor partido a domicilio de este equipo, que fue capaz de remontar por primera vez. Es la hora de que también sea la primera vez que canta dos victorias seguidas, algo que hasta ahora no logró por una u otra circunstancia. Entre éstas la tremenda irregularidad y la insustancialidad de un equipo que parecía haber olvidado a qué jugaba con el paso de 2024 a 2025. En Montilivi sí supo a qué y cómo jugar pese a los palos seguidos de fallar un penalti, entre otras ocasiones como un trallazo al larguero de Lukébakio, justo antes de encajar un gol en un córner mal defendido.

Aquel Sevilla que se desveló por primera vez rebelde contra la concatenación de hechos fatales es el que debe comparecer hoy frente a un Espanyol que es el decimoctavo clasificado, esto es: el equipo que marca la zona de descenso. Un equipo que llega con un entrenador de la casa en tiempos de vacas flacas al que conoce García Pimienta de su etapa anterior como técnico del Barcelona B.

El partido llega con la incógnita que debe resolver el técnico barcelonés sobre las bajas por sanción de Pedrosa e Isaac. El primero será sustituido por Kike Salas, que recuperará su rol devenido de la necesidad de lateral izquierdo por la quinta amarilla del único lateral izquierdo de la plantilla en espera de que Valentín Barco, lesionado y aún en Sevilla, sea sustituido una vez vuelva a Brighton. Será la primera titularidad del defensor de Morón de la Frontera después de que se desvelase que está implicado en una presunta estafa a una casa de apuestas. Habrá qué ver qué recibimiento le da a Kike Salas el sevillismo, que no termina de asumir que un joven canterano se haya podido meter en ese berenjenal con la precariedad del actual Sevilla.

Lukébakio tiene todas las papeletas de relevar a Isaac, en esa posición de 9 en la que terminó en Montilivi y en la que firmó la remontada y el triunfo. Él mismo dijo en una entrevista a este diario que ha jugado ahí muchas veces en la Bundesliga. La vuelta de Ejuke abre el abanico de opciones en un frente de ataque, aunque el extremo nigeriano aún adolece de la falta de ritmo propia de una pretemporada después de su largo periodo de recuperación. Pero no está para ser titular. Quizá Rubén Vargas e Idumbo acompañen al belga. Es lo más posible. Lo importante es que Saúl siga siendo el jefe en su posición híbrida por delante de la bien congeniada pareja que forman Lokonga y Sow. Desde ahí debe seguir el rumbo fijado este Sevilla que, por fin, parece saber a qué juega y llevarlo a cabo.